La compañía energética alemana RWE obtuvo un beneficio neto de 1.922 millones de euros entre enero y marzo de 2024, lo que supone un 21 % más que en el mismo periodo del año anterior, debido al impacto extraordinario de la valoración de derivados.
Según ha informado este miércoles la compañía en un comunicado, su facturación descendió un 28,8 %, hasta los 6.682 millones, incluidos los impuestos de gas y electricidad. Si se descuentan estos, los ingresos alcanzaron los 6.629 millones, lo que supone un 29 % menos que el año anterior.
De esta cifra, 5.856 millones correspondieron a su negocio de electricidad, un 29,8 % menos que un año antes, mientras que 416 millones provinieron de su área de gas, lo que supone una reducción del 34,9 %.
El resultado bruto de explotación o ebitda ajustado de la compañía descendió un 26,1 %, hasta los 1.709 millones, al tiempo que la deuda neta ascendió a 11.222 millones a cierre de marzo, frente a los 6.587 millones del mismo periodo del año anterior.
Áreas de negocio
Por áreas de negocio, la compañía facturó 385 millones por la eólica en alta mar, un 21,7 % menos; 539 millones por su negocio de viento y solar en tierra, un 22,5 % más; 264 millones por la generación flexible, un 33,8 % menos; y 5.268 millones por el suministro y la comercialización, un 34,9 % menos.
Con respecto a la producción de energía de la compañía, esta alcanzó los 33.780 gigavatios hora (GWh), un 9,1 % menos que un año antes, de los que alrededor del 42 % correspondieron a renovables.
De cara a 2024, RWE ha mantenido sus perspectivas financieras sin cambios, por lo que continúa previendo peores resultados que en el ejercicio anterior, con un ebitda ajustado que se situará en una horquilla de entre 5.200 y 5.800 millones y un beneficio neto ajustado del negocio principal de entre 1.900 y 2.400 millones.
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