La firma especializada en gestión de riesgos DNV GL acaba de lanzar su informe “Energy Transition Outlook 2018” . DNV GL espera que la capacidad de la red eléctrica global se triplique para el año 2050 a medida aumentan los vehículos eléctricos y las energías renovables.
Según el informe, la electrificación de la demanda de energía se duplicaría para 2050 a medida que el transporte, los edificios y la industria manufacturera se vuelvan cada vez más eléctricos. Las tasas de instalación para el sistema de distribución se duplicarán.
Para el 2027, se espera que la mitad de todas las ventas de automóviles nuevos en Europa sean vehículos eléctricos, dijo DNV GL. El informe también predice que el 80% de la producción mundial de electricidad provendrá de las energías renovables para el año 2050. Concretamente, la fotovoltaica alcanzará para esa fecha el 40% de la demanda eléctrica mundial mientras que la eólica, tanto en tierra como marina, llegará al 29%. El 11% restante recaería en hidráulica prácticamente y algo de biomasa y de geotérmica.
Un porcentaje cada vez mayor de la energía eólica y solar en la red obligará a muchos países a rediseñar la forma en que funcionan los mercados eléctricos, incorporando señales de precios basadas en el mercado para fomentar una mayor flexibilidad.
Un problema que los mercados tendrán que superar es cómo recompensar la generación renovable cuando grandes cantidades de ella provocan una caída en picado de los precios de la energía mayoristas.
"Para acelerar la transición, los reguladores y los políticos deben reconsiderar los mercados de electricidad para proporcionar flexibilidad adicional, incluido el almacenamiento, la respuesta del lado de la demanda y la capacidad de interconexión", dijo DNV GL en un comunicado de prensa.
Más renovables
Según la firma, tener que lidiar con redes más grandes complicará las cosas para los operadores del sistema. Pero eso no necesariamente hará que la energía sea más cara.
Aunque el gasto de energía absoluta crecerá en un 30% hasta 2050, llegando a 6 billones (europeos) de dólares al año, la mayor parte de esto pasará de los costos operativos o de combustible a los gastos de capital.
Como parte del producto interior bruto mundial, el gasto de energía caerá un 44 por ciento, del 5,5% al 3,1%. A partir de 2030 en adelante, la mayor parte de los gastos de capital en energía pasará de proyectos de combustibles fósiles a redes eléctricas y plantas eólicas y solares, dijo DNV GL.
Al mismo tiempo, el crecimiento en la demanda final de energía comenzará a disminuir. A mediados de la década de 2030, según las estimaciones de DNV GL, la demanda mundial de energía alcanzará un máximo de alrededor del 17% por encima de los niveles de 2016.
Después, la desaceleración del crecimiento de la población y la productividad, combinada con un uso más eficiente de la energía en áreas como el transporte, reducirá la demanda lentamente hacia 2050. El suministro de energía primaria también alcanzará su punto máximo en la década de 2030.
Pierden petróleo y carbón
Para 2050, la cantidad de petróleo y carbón en el mix energético se habrá reducido a más de la mitad desde los niveles actuales. El mix de suministro de energía se dividirá en partes iguales entre fuentes renovables y no renovables.
El informe de DNV GL señala que las grandes petroleras ya están tratando de liderar este cambio, invirtiendo en redes de recarga de vehículos eléctricos y otras empresas de energía limpia. Esto está poniendo a las compañías petroleras en competencia con las empresas de electricidad. "Estas tendencias continuarán", afirma el informe.
Sin embargo, este rápido avance hacia la electrificación no será suficiente para cumplir los objetivos de descarbonización establecidos por el acuerdo climático de París, advierte el informe.
"El primer año libre de emisiones será 2090, si la transición energética continúa al ritmo previsto en este informe", explica la firma en el comunicado.
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