3 comentarios publicados Cuando un país entero, mejor dicho, dos, se van a cero y sufren el mayor apagón de toda Europa de este siglo, una de las cosas que a uno se le pasa por la cabeza es saber cuánto ha costado la gracia. Qué cantidad de dinero supone un apagón de estas características.
Es difícil saber la cuantía por el alto número de perjudicados, y de momento nadie ha interpuesto una demanda ni reclamación de daños y perjuicios por el simple hecho que cinco meses después del incidente aún no se saben las causas que lo originaron. Tiene pinta de que se repartirán las culpas entre todos, porque probablemente hemos fallado todos, incluso los consumidores, por habernos creído que teníamos el mejor sistema eléctrico del mundo. Y ya hemos visto que no.
Cifrar la cuantía es complicado, pero se hablan de miles de millones teniendo en cuenta la economía española y el número de horas sin electricidad. Algunos hablan de unos 4.000 millones de euros de pérdidas, otros comentan que las indemnizaciones alcanzarán los 1.800-2.000 millones de euros en el mejor de los casos. Yo me inclino más por esto último.
Pero yo no les vengo a hablar de estas indemnizaciones que alguien tendrá que pagar y que ojo se pueden llevar a más de uno de los afectados. Yo les hablo de la otra factura, la que cuesta a todos los consumidores de la luz pagar la electricidad tras haber sufrido un apagón. Porque la cosa ha cambiado y mucho.
Tener un sistema eléctrico más resistente, más seguro, que pone de verdad por bandera la seguridad de suministro tiene un coste. Y no es menor. A las pocas horas de sufrir el gran apagón ibérico, el operador del sistema, Red Eléctrica, puso en marcha el denominado Modo de Operación Reforzada, que como principal consecuencia de ello es que la factura de la luz se ha encarecido.
Este modo reforzado lo que viene a hacer es poner en ralentí más de 20 centrales de gas, los denominados ciclos combinados, para que en el caso de ser necesarios puedan servir de ayuda para acabar de casar oferta y demanda. Sólo por estar en ese ralentí hay que pagarlos y cuesta un dinero.
Además, todo ello ha hecho que el coste de las restricciones técnicas se haya disparado más. Cuantas más renovables queremos integrar más nos sube este coste y con ello la factura de la luz a todos los españoles, incluidas empresas e industrias, principales afectados por sus altos consumos.
Algunos ya han hecho cálculos y aseguran que este modo reforzado de Red Eléctrica ha supuesto un sobrecoste de 800 millones de euros hasta septiembre. El problema, ¿cuál es? Que el operador seguirá en este modo todo el tiempo que haga falta. ¿Cuánto puede ser? Previsiblemente hasta que esté activado el nuevo Procedimiento de Operación 7.4, que proporcionará a las tecnologías solar fotovoltaica y eólica la virtud de poder controlar la tensión de la red.
Según cuenta este diario en el día de hoy, esto se podría producir en el primer trimestre de 2026 por lo que restan aproximadamente otros cinco meses hasta que se ponga en marcha ese procedimiento. Esto, teniendo en cuenta el gasto hasta ahora por estos cinco meses, podría hacer duplicar la cuantía y estirar este sobrecoste a unos 1.500-1.600 millones de euros.
Los compensadores, a peajes
A ello hay que sumar otras cuantías que parecen haberse olvidado. Pero tener un sistema más seguro siempre va a implicar un mayor coste. No lo olviden. Una de las medidas que aprobó el Gobierno para contrarrestar el apagón y sobre todo como principal medida antiapagones fue la aprobación de los famosos compensadores síncronos.
El Gobierno aprobó en julio en un Consejo de Ministros 65 actuaciones destinadas a incorporar herramientas adicionales a las redes que faciliten el control de tensión, la estabilidad ante oscilaciones y en general, el refuerzo del sistema eléctrico, tanto en la Península como en Canarias y Baleares.
Entre esas medidas se encuentran la instalación de ocho compensadores síncronos, los primeros que se llevarán a cabo en la Península. Además, se incluye un Sistema de Transmisión de Corriente Alterna Flexible (FACTS, por sus siglas en inglés) –en Cataluña, cerca de las interconexiones con el resto de Europa–, que contribuye a amortiguar oscilaciones en el sistema, así como la renovación e instalación de nuevas reactancias que permiten mejorar el control de tensión de forma distribuida. También se amplían algunas subestaciones y se incrementa la dotación de relés de maniobra.
En total, estas actuaciones supondrán una inversión de unos 750 millones de euros, de los cuales 600 millones serán las medidas en la Península.
Según ha podido saber El Periódico de la Energía, estas medidas se pagarán a través de la factura de la luz de los casi 30 millones de consumidores de electricidad que hay en España. Será vía peajes, cuya partida se incrementará en esos 600 millones. Ya vamos por 2.200 millones.
El mercado de capacidad
Pero aquí no se acaba la cosa. Luego tenemos otra de las medidas antiapagones más especial y esperada por el sector, el nuevo mercado de capacidad. Tal y como adelantó este diario, la puesta en marcha de este nuevo mecanismo supondrá un incremento de la factura de entre un 5% y un 8%, dependiendo el tipo de consumidor, según los cálculos del Gobierno.
En total, será un sobrecoste para el sistema de unos 800 millones de euros anuales. En total, nos vamos ya a 3.000 millones de euros. Menos mal que no se iba a notar.
Con este nuevo mercado de capacidad se espera que la seguridad de suministro se vea reforzada ya que se pagará a través de ello a las baterías que proporcionen respaldo al sistema así como a los ciclos combinados.
Con esta herramienta, el sistema eléctrico español se verá reforzado.
Es cierto que con algunas de estas medidas se obtendrá cierto beneficio a la larga. Su puesta en marcha hará que algunos costes como las restricciones técnicas se abaraten y mucho en los meses siguientes, pero estos 3.000 millones no son pecata minuta.
Federico
08/10/2025