Es de sobra conocido que la solar fotovoltaica es una de las tecnologías más limpias y baratas para generar energía en muchas partes del mundo. Y un sistema que se está popularizando rápidamente. Pero también hay un aspecto muy desconocido que desempeñará un papel de liderazgo para reducir aún más los costes e impulsar su desarrollo: los datos, según Renewable Energy World.
Las plantas solares generan una enorme cantidad de información digital. Una central térmica de carbón o de cualquier otro combustible fósil de 1GW de media generará aproximadamente 10.000 QTY (flujo de datos), un parque eólico de tamaño similar podría producir 51.000 o incluso cinco veces más, pero ¿un parque solar de esas dimensiones? Se dispara hasta los 439.000 QTY.
La discrepancia deriva en gran medida por la naturaleza de la solar ya que puede utilizarse como generación distribuida. Las grandes centrales térmicas y los parques eólicos generalmente se construyen alrededor de un número relativamente pequeño de activos de gran tamaño, mientras que los parques solares se construyen alrededor de un gran número de activos muy pequeños.
Para tomar un ejemplo aleatorio, un parque eólico de 88 turbinas con una capacidad de 141 MW, y como contrario, un parque solar que genera 62 MW, o menos de la mitad, pero que cuenta con 144.000 paneles solares. Cada panel generará información sobre la producción de energía, temperatura y otros parámetros, los inversores, los rastreadores, las cajas de conexiones también producirán flujos continuos sobre su estado actual o posibles áreas problemáticas.
A primera vista, puede sonar como algo malo. Más datos significa tener que instalar más capacidad informática o incurrir en tarifas adicionales en la nube. Sin embargo, los datos pueden desempeñar y desempeñarán el papel principal en la reducción de uno de los costes que aparentemente han sido insensibles a los avances tecnológicos: los costes laborales asociados a las operaciones de mantenimiento.
La mano de obra todavía representa entre el 1% y el 7% de los ingresos totales de un proyecto solar, y sigue siendo uno de los mayores gastos no vinculados a la construcción y la financiación original.
La gestión eficiente del rendimiento de los activos puede reducir el LCOE de una planta de energía grande entre un 1% y un 3,5%, un número engañosamente pequeño que se convierte en una fuerza inminente a escala. Para una planta de 50 megavatios que funciona con una capacidad de generación de factor de capacidad del 30% por 15 ct €/kWh puede significar un ingreso adicional de 500.000 euros por año, y la mayor parte de ese efectivo incremental se convierte en ganancias. (50.000 kilovatios hora x factor de capacidad 0,03 x 8.760 horas al año x 0,15 kWh x 0,03 reducción de LCOE = 591.300 euros.) Durante un período de 30 años, el total llega a más de 17 millones. Para una entidad financiera o un socio de capital, el apalancamiento de la deuda crece por el mismo factor.
Algunos estados de EEUU ya se están beneficiando de la generación de tantos datos. Por ejemplo, el operador del sistema eléctrico de Arizona que administra más de 1.700 megavatios de energía solar para sus 1,2 millones de clientes en un territorio que cubre más de 93.000 kilómetros cuadrados. Los activos solares van desde plantas solares a escala de energéticas, sistemas urbanos e instalaciones de autoconsumo. Sin embargo, el mantenimiento es gestionado por un pequeño grupo de técnicos que puedan priorizar las reparaciones —alrededor de diez o menos—.
La disminución de los costes solares es una de las historias tecnológicas más notables de nuestro tiempo. El precio de la energía solar ha caído un 85% entre 2010 y 2019, según Bloomberg New Energy Finance, y se espera que baje otro 63% para 2050. Pero no ha sucedido por la gravedad. Los primeros pioneros solares como SunPower se centraron en la eficiencia. Luego llegaron nuevas técnicas que permitieron a los productores obtener más obleas de un lingote. Los microinversores, los sistemas modulares, la fotovoltaica con seguimiento y una mejor gestión de proyectos también han ayudado a reducir el LCOE. Los datos han sido comparativamente subutilizados. Pero todo indica que esto va a cambiar.
Diomedes Villafañe Villalba
01/12/2019