Si había un mal resultado para la transición energética ese era el de la incertidumbre. Y ese es el que finalmente se ha dado en las elecciones generales en España, donde el popular Alberto Núñez Feijóo ha ganado pero con los escaños insuficientes para gobernar.
De esta manera, todo queda ahora en manos de Pedro Sánchez que podría conformar un nuevo gobierno siempre y cuando consiga el apoyo de los independentistas (ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG).
Las cuentas van muy justas y el escenario más probable es el de una repetición de los comicios dentro de unos meses, aproximadamente para el mes de diciembre.
El resultado electoral en este 23J ha sido el siguiente:
El candidato popular Núñez Feijóo salió al balcón de Génova como vencedor de las elecciones, pidiendo que le dejasen gobernar al haber sido el que más votos y escaños ha obtenido.
Pero las cuentas con Vox no salen, se quedan sin poder formar gobierno de mayoría absoluta tal y como preveían las encuestas, que han fallado como una escopeta de feria.
Por eso, la izquierda estaba contenta. Habían conseguido que la derecha no formase gobierno, y encima con la posibilidad de poder mantenerlo el PSOE junto a Sumar. Pero en este caso, sería acompañado de socios de investidura y probablemente de Gobierno que se la tienen jurada a España como son los partidos independentistas de Cataluña y País Vasco.
En ellos y sus peticiones está la posibilidad de que Sánchez continue como presidente, siempre y cuando el socialista quiera pactar con Bildu o con Junts, comandado por el prófugo Puigdemont.
Además, luego el PP tampoco pondría las cosas fáciles con su mayoría en el Senado.
Freno a la transición
El caso es que esta indefinición no es buena para la marcha de la transición energética. Es más, sería un freno importante para las inversiones necesarias para ello.
No saber quién va a gobernar deja huérfano al sector energético en un momento crucial, donde es necesario saber el rumbo y donde es fundamental conocer el destino de las ayudas de los fondos europeos que tanto tardan en llegar.
Sin ayudas no hay industria verde, sin esa industria se retrasarán algunos proyectos en el futuro, etc. Todo tiene un sentido y un por qué, y la transición energética necesita que le marquen y fijen un objetivo si no es difícil que lleguen las inversiones.
España es un modelo a seguir en la transición energética por muchos motivos. Sería penoso bajarse del podio de la transición por no querer pactar o no llevarse bien con el rival político de turno.
La transición energética necesita un gran pacto de Estado que sería una solución de madurez democrática sin parangón en España, y que colocaría a España internacionalmente en una posición de privilegio.
PP y PSOE formando un gobierno de coalición atraería muchísima más inversión que cualquier otro formato ya sea de izquierdas o de derechas. ¿Por qué no intentarlo?
Un análisis de Ramón Roca, director de El Periódico de la Energía
galan
24/07/2023