La industria gallega busca certezas ante las dudas con las que han acabado 2024 la automoción, con la factoría de Stellantis en Vigo como referente, Alcoa, Altri y la energía eólica, atascada en los tribunales. Así llegan a 2025:
Stellantis Vigo
La automoción atraviesa, a nivel global, un momento de incertidumbre en plena transición al vehículo eléctrico, que no acaba de arrancar.
El panorama genera preocupación en un sector que incluye en Galicia a 200 empresas y cerca de 25.000 empleos y que pide más ayudas al consumidor a la hora de adquirir vehículos mientras mira con recelo a los fabricantes chinos y las empresas de componentes instaladas en países como Marruecos.
A esas circunstancias se suma, en el caso de Vigo, la situación interna del Grupo Stellantis, que ha adelantado la salida de su consejero delegado, Carlos Tavares. La factoría viguesa, además, ha cambiado de director este 2024.
El sindicato CIG llegó a convocar en solitario una huelga en la automoción gallega que no tuvo incidencia en la planta de Stellantis, donde ni siquiera tiene representación en el comité de empresa. Otros sindicatos le recriminaron el movimiento: el sector necesita unidad.
La administración autonómica ha lanzado ayudas a particulares y empresas para renovar el parque automovilístico de Galicia y destinará 230 millones de euros hasta 2027 a apoyar a la automoción en los procesos de transformación hacia una movilidad más sostenible. Esa cantidad incluye la dotación del plan director de la automoción (134 millones).
Mientras, el Gobierno central, a través del Perte del vehículo eléctrico y conectado ha otorgado a la fábrica viguesa de Stellantis más de 40 millones de euros este año y el puerto de Vigo ha prorrogado la concesión que tiene en la Terminal de Bouzas el grupo automovilístico, que contará con un segundo silo de coches.
Alcoa
Parte de las cubas de electrolisis volvieron a arrancar en la planta de aluminio primario de Alcoa en San Cibrao (Lugo) a principios de año. En paralelo, la multinacional iniciaba el proceso de venta. De 60 potenciales compradores, ninguno, según la empresa, presentó una "oferta viable por el cien por cien de las operaciones".
En octubre, Alcoa Corporation e IGNIS Equity Holdings anunciaron el avance hacia la firma de un acuerdo de cooperación estratégica para la continuidad de las operaciones en San Cibrao: la multinacional americana aportaría 75 millones de euros y su socio haría una inversión inicial de 25 para financiar las operaciones.
El mes pasado, la dirección de la compañía planteó mantener la continuidad de la producción en la refinería de alúmina y arrancar como mínimo el 75 % de las cubas de la fábrica de aluminio primario en 2025, aunque con condiciones.
A principios de diciembre, el CEO de Ignis trasladó a sus trabajadores que su compañía podía "firmar los mejores contratos de PPAs" -suministro de energía a largo plazo- para mantener las operaciones.
Días después, se pospuso la reunión de la comisión de seguimiento del pacto de viabilidad que había convocado el Gobierno central para el 9 de diciembre en Madrid.
Altri
La macroplanta de celulosa desarrollada por Greenfiber, filial de la portuguesa Altri, y la gallega Greenalia en Palas de Rei (Lugo) acaba el año sin tener aprobada la declaración de impacto ambiental.
Lo que ya saben los promotores de esta fábrica de lyocell -fibra semisintética ecológica- con madera de bosques gallegos es que cuenta con la oposición de miles de personas que se han manifestado a lo largo del año en Galicia contra el proyecto.
Se expresaron, primero, en Palas de Rei en mayo; un mes después, en Santiago y, a mediados de diciembre, de nuevo en la capital gallega con otra marcha multitudinaria.
Días antes de esa última manifestación, activistas de Greenpeace instalaron en uno de los accesos a la sede de la Xunta una chimenea humeante de cinco metros de altura con pancartas con el lema 'Altri Non'.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios