Renovables

La industria solar europea, ante su ocasión de disputar a China la hegemonía mundial

La Unión Europea tiene el propósito de resurgir de sus cenizas y producir 30 GW de productos fotovoltaicos para 2025

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La importancia de las renovables en la transformación del modelo productivo europeo ha convertido el proceso de descarbonización en una oportunidad para que el Viejo Continente recupere su industria solar fotovoltaica más de una década después de su deslocalización hacia Asia.

Para materializarla, la región aspira a recuperar su capacidad industrial en la parte alta de la cadena de valor, con la producción, por ejemplo, de paneles solares, hasta ahora monopolizados por China, de donde procede casi el 90 % de los instalados en Europa.

Son los cálculos de Javier Sanz, responsable del área de renovables de EIT InnoEnergy, compañía que gestiona la secretaría de la Alianza Europea de la Industria Solar Fotovoltaica, de la que forma parte la propia Comisión Europea, y que busca acelerar este sector con una meta clara: producir 30 gigavatios (GW) en 2025.

En una entrevista con EFE, Sanz repasa el estado de una industria que tiene su debilidad en la parte alta de su cadena, "desde el polisilicio a los paneles solares", a raíz de la crisis que golpeó al sector en 2010.

Desde entonces, la industria europea "básicamente desapareció" y fue trasladándose "de forma bastante rápida" a China.

El poder de China

En esta última década, el gigante asiático también ha conseguido atraer capacidad de Japón y Estados Unidos, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que sostiene que la participación de China en toda la cadena de los paneles solares supera el 80%, más del doble de lo que supone en la demanda fotovoltaica mundial.

Además, el país alberga a los diez principales proveedores de equipos de fabricación para energía solar.

Detrás de esta historia de éxito se encuentra una inversión de más de 50.000 millones de dólares (unos 47.000 millones de euros) en nueva capacidad de suministro fotovoltaico, diez veces superior a la de Europa, y la creación de 300.000 puestos de trabajo desde 2011.

Por otro lado, expone el director ejecutivo de Infoenergética, Andrés Muñoz, en un análisis recogido por EDP, China es el lugar más competitivo en costes para fabricar estos componentes, siendo un 10 % más bajos que en India, un 20 % inferiores a los de Estados Unidos y un 35 % más baratos que en Europa.

A tenor de la AIE, la eclosión de la industria china ha sido importante para reducir el coste de la energía solar fotovoltaica en todo el mundo, y ha contribuido a la transición energética.

¿Pero a qué precio?

"Para hacernos una idea del tamaño de la dependencia que tenemos, ese 90 % de productos que se está importando a Europa desde China representan unos 20.000 millones de euros al año", añade Sanz.

Una alianza europea para una mayor autonomía

En un trabajo reciente, la AIE advierte de que la concentración geográfica en las cadenas de suministros globales crea, al mismo tiempo, "desafíos potenciales" a abordar.

Aquí entra en juego la Alianza Europea de la Industria Solar Fotovoltaica, iniciativa puesta en marcha por la Comisión Europea, agentes industriales, institutos de investigación y asociaciones, que quiere contribuir a mitigar el riesgo de suministro.

Alcanzar su objetivo de 30 GW de capacidad de fabricación europea a 2025 generaría 60.000 millones de euros de producto interior bruto (PIB) al año en Europa, y crearía más de 400.000 puestos de trabajo.

"Se han dado tres factores que han cambiado la visión de las empresas, las instituciones, los Estados miembros y la propia Comisión", relata Sanz.

El primero, prosigue, es el cambio tecnológico, lo que significa que "el producto que se está llevando al mercado está agotando su capacidad de desarrollo y es necesario cambiar a otros que van a tener una válida eficiencia".

I+D en la industria solar

De alguna manera, "esto vela por las oportunidades de entrada a nuevos inversores, porque los fabricantes ya instalados también van a tener que abordar invasiones", de modo que "se iguala el terreno".

En este sentido, el responsable del área de renovables de EIT InnoEnergy se muestra optimista, y es que "Europa ha estado invirtiendo en I+D pese a no tener una industria sólida", de modo que, desde el punto de vista tecnológico, "todavía mantiene una competitividad interesante".

El segundo factor está relacionado con el Green Deal europeo y la "ambición" de ir hacia la descarbonización. Esto está generando "una demanda de instalaciones de renovables muy importante", creando un mercado doméstico que antes no existía.

Mientras que el tercero y último surge con la rotura de las cadenas de suministro por la pandemia, después agravada por la guerra en Ucrania, y la dependencia del gas.

"La reflexión es: 'Quiero ser independiente, crear un tejido industrial que fije puestos de trabajo en Europa y tener esa capacidad de volver a liderar el sector, como en su día'", señala Sanz.

El reto de Bruselas en energía solar

Sin embargo, la cuestión ahora no está "en que nadie dé una receta mágica, sino en que todo el sector contribuya a decir qué es lo que necesita".

El futuro requerirá de formación a perfiles de alta cualificación, y, obviamente, de más inversiones, vistas las políticas de competidores como Estados Unidos que, con todo, "está por detrás de Europa en implementación".

Con su Ley de Inflación -IRA, en inglés-, el país "está generando unas condiciones de mercado cerrado", pero no es el único ejemplo, ya que India "está haciendo lo mismo" al descarbonizar su economía "con productos fundamentalmente locales".

"Europa tiene un reto, definir cómo va a responder a esto", dice Sanz.

Y concluye: "Si logrando el objetivo de descarbonización consigues consolidar una industria que antes no tenías, sería un beneficio doble. Hay que aprovechar la oportunidad".

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Un comentario

  • Biochar

    Biochar

    27/02/2023

    Si la capacidad de producción prevista es de 30 GW/año, y eso supone 60.000 millones de Euros al año, el coste por W sale tres veces mayor que el actual, no encaja. Además hay un problema gordo: la mitad de la fotovoltaica que está previsto instalar hasta 2030, es en China. Las economías de escala van a ser brutales. A España no le interesa esto porque es, en la práctica, un subsidio para los investigadores alemanes, holandeses y de otros países sin sol, costeado por los PIGS, que, mira por dónde, son los que tienen sol, pero van a pagar un impuesto del 100% del coste.

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