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La movilidad eléctrica es ya una de las principales estrategias de las políticas medioambientales europeas. Y son pocos los gobiernos que no potencian el desarrollo de tecnologías vinculadas.

En la Comunidad Valenciana, debido al carácter emprendedor de sus empresas, hay un importante incremento en las iniciativas empresariales en este sentido, empresas de Car sharing con modelos de negocio basados en la movilidad eléctrica se han instalado ya en nuestras ciudades, el propio sector de Automoción a nivel internacional ha presentado sus nuevas estrategias y planes de desarrollo de las principales compañías de fabricación de vehículos y en todas se incluye la movilidad eléctrica como parte importante de los mismos.

Nos encontramos ante la nueva realidad del presente, donde esta nueva era de la movilidad se ha instalado con fuerza con el objeto de descarbonizar el transporte y mejorar los índices medioambientales a nivel internacional. El coche eléctrico es imparable y ya está llegando a todas partes.

Cierto es que nos encontramos ante un sector en crecimiento pero aún queda mucho que hacer para que el modelo sea sostenible a todos los niveles. Uno de los principales focos tecnológicos sobre el que se debe incidir es el de las baterías, menor coste, mayor autonomía y menores dimensiones son los tres ejes en los que se debe trabajar.

En este ámbito nace una gran oportunidad para las empresas, ya que el sector de fabricación de baterías está poco desarrollado y las principales compañías se sitúan en Asia y EU, por lo que existe un importante nicho de mercado que cubrir con la aplicación de las nuevas tecnologías adaptadas a los sistemas de almacenamiento energético.

Desde el Instituto Tecnológico de la Energía de Valencia, ITE, llevamos varios años trabajando e investigando en almacenamiento energético, tanto en el campo del desarrollo de nuevos materiales como pueden ser las membranas poliméricas de litio seguras y con bajo riesgo de explosión, como en la prolongación de su vida útil a través de la gestión optima de su funcionamiento mediante la aplicación de soluciones basadas en la electrónica de potencia.

Las baterías de litio tienen propiedades excelentes por la elevada densidad de energía específica, alta eficiencia y durabilidad. Estas cualidades únicas han hecho que las baterías de litio, sean una opción extraordinaria para el desarrollo de los vehículos eléctricos aunque también encuentran un papel prominente como sistemas de almacenamiento electroquímico ideales para aplicar a plantas de energía renovable y sistemas de autoconsumo.

Hablamos de proyectos que contribuyen al desarrollo tecnológico de este sector, y que consiguen producir una batería de litio más segura y sostenible utilizando materiales reciclados mediante el desarrollo de nuevos nanomateriales sólidos, que usan síntesis alternativas y métodos de reciclado y de bajo coste para su empleo como componentes para la batería de litio de elevada potencia. La movilidad eléctrica ya forma parte de nuestro futuro y su color es verde.

Marta García Pellicer es directora del ITE.

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