Más allá de la guerra comercial existente entre China y Europa por el tema arancelario a los vehículos eléctricos, hay regiones que se enfrentan a sus propios conflictos. En este caso hablamos de Estados Unidos ya que el gigante norteamericano presentó hace un par de meses su nueva política antiemisiones, convirtiéndose en la más estricta de su historia. Entre los puntos más destacados está la intención de que para 2032, entre el 30 y el 56% de su parque móvil de turismos sea completamente eléctrico para que así los fabricantes puedan cumplir los estándares de emisiones impuestos, establecidos en 85 gramos de CO2 por milla.
Lógicamente, las voces críticas no se han hecho esperar demasiado hasta el punto de que un grupo variopinto de empresas y asociaciones comerciales en pro de los motores de combustión ha comenzado ya a prepararse para desafiar esta política impuesta por la administración Biden. Entre sus principales alegaciones están que las propuestas establecidas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) obligarían ilegalmente a los fabricantes de automóviles a vender vehículos eléctricos.
Presentarán alegaciones
Entre estos detractores están, por ejemplo, dos asociaciones que en su momento fueron rivales, en una clara muestra de que la unión hace la fuerza. Nos referimos al Instituto Americano del Petróleo y a la Asociación Nacional de Productores de Maíz, pues ambos temen que la demanda de sus productos (gasolina y etanol, respectivamente) se desplome si se aplican las estrictas regulaciones sobre emisiones.
El resto de entidades que forman este variado grupo lo forman concesionarios de automóviles, comercializadores de combustible y propietarios de tiendas de conveniencia. Todos ellos planean presentar reclamaciones ante la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia. En declaraciones recogidas por Bloomberg, Chet Thompson, presidente de la Asociación Estadounidense de Fabricantes de Combustibles y Petroquímicos aseguró que “el Congreso no ha autorizado a la EPA a prohibir efectivamente la venta de automóviles nuevos a gasolina y diésel y a reformar la economía estadounidense de manera tan importante”.
Lógicamente, esta oposición se ha convertido igualmente en un arma política de cara a las futuras elecciones a la presidencia ya que el principal opositor es, sin duda, Donald Trump, quien en sus múltiples intervenciones ya ha confirmado que de salir de nuevo elegido como presidente, algo que no se descarta en absoluto, su primera medida será eliminar dicha regulación climática.
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