El mundo, pero sobre todo Europa, lleva encima más de un año de crisis energética. Los precios energéticos, petróleo, gas y electricidad, han campado a sus anchas durante los últimos 12 meses.
Se abrían telediarios porque el precio de la electricidad alcanzaba los 100 €/MWh. Ahora nos encontramos casi en 300 €/MWh, y ya ni se habla. En medio hemos visto precios de más de 700 €/MWh.
Un año en el que los gobiernos han tratado de tomar cartas en el asunto. Reducciones fiscales y paquetes de ayudas es lo máximo que han conseguido. Medidas que no han domado los salvajes precios energéticos.
No han podido con ellos. Y lo peor de todo es que ahora entra en juego la seguridad de suministro, algo impensable en pleno siglo XXI. Pero claro la crisis inflacionista dura lo que puede durar.
El fantasma de la recesión
Al final es el propio mercado quien se regula solo. Y una caída de la demanda parece ser la única solución a la crisis de precios. Dejar de consumir parece que es la única solución. Da la sensación de que el mercado ha dejado un año a los países para que hagan su trabajo, y ahora como no lo han conseguido, entra en la partida.
El fantasma de la recesión es lo único que ha metido miedo al precio de los combustibles fósiles y otras materias primas.
El precio del petróleo cayó este martes cerca de un 10% por miedo a una recesión. El West Texas perdió los 100 dólares por barril y el Brent europeo cerró en los 102.
Salvador Ramón
06/07/2022