La eólica marina flotante será la tercera generación de energía procedente del viento. El 3.0 de la eólica. Y aunque parezca que está muy lejos, en el tiempo y en el espacio, está más cerca de nosotros de lo que nos creemos.
Frente a las costas portuguesas, la eléctrica EDP, junto a otras compañías entre las que se encuentra Repsol, crearon en 2007 la empresa Principle Power con la que están llevando a cabo proyectos de energía eólica marina flotante.
Los costes de innovar en esta materia habían paralizado un poco los proyectos, pero ahora parece que han tomado aire y retoman el vuelo para poder llevarlos a cabo. Principle Power ha llegado a un acuerdo con KIC Innoenergy, presidida por Diego Pavía, para relanzar uno de los proyectos de eólica marina flotante, el proyecto denominado WindFloat Path to Commercialization.
KIC Innoenergy invertirá 4 millones de euros para el desarrollo de la tecnología avanzada y su comercialización, incluyendo la ingeniería, el análisis y la certificación de terceros, el desarrollo empresarial y la difusión.
Este paso es muy importante para conseguir desarrollar otros proyectos como el que se está preparando frente a las costas portuguesas, denominado Windfloat Atlantic. Un parque eólico flotante de 25 MW que verá previsiblemente la luz en 2018, a más tardar en 2019.
Para ello, Principle Power necesita hacer creíble estos proyectos, por eso está trabajando para intentar comercializar esta tecnología. Es por ello que KIC Innoenergy se ha lanzado a probar en esta materia que podría cambiar sustancialmente el panorama de las energías renovables.
Gracias a la tecnología innovadora de eólica flotante que se está trabajando en Principle Power, la eólica marina podría obtener múltiples beneficios económicos, y quitarse así el sambenito de ser una (sino la que más) tecnología bastante cara para su desarrollo.
El concepto WindFloat permite que las turbinas eólicas en el mar puedan ser montadas y puestas en marcha por completo en tierra. Las bases y las turbinas se montan completamente en tierra, para a continuación ser remolcadas a alta mar. Esto significa que los proyectos de WindFloat no están sujetos a las limitaciones de tiempo y a los costes asociados o retrasos que pueden afectar a la evolución de parques eólicos en alta mar convencionales. El concepto WindFloat también muestra que las turbinas individuales pueden regresar a tierra para realizar tanto las grandes reparaciones como las labores de mantenimiento.
Este enfoque innovador tendrá un efecto directo en los costes reales durante las fases de CAPEX y OPEX de un proyecto de energía eólica marina. Los estudios llevados a cabo, tanto internamente como a través del análisis de terceros, muestran que la tecnología puede reducir el costo de la energía eólica marina por debajo de 100 € por megavatio hora para aquellos proyectos que quieren estar en fase comercial a partir de 2020.
La tecnología también permite la ubicación de los parques eólicos más lejos de la costa de lo que sería posible con las actuales bases fijas.
La tecnología Windfloat está llamada a cambiar los moldes de la eólica marina y según los planes de las empresas que han apoyado este proyecto podría ver la luz en 2018.
Alberto
21/07/2016