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En 2023, parece que volvemos a la normalidad tras la crisis de la COVID; los precios del gas, que marcaron precios máximos históricos de 350€/MWh en agosto, se han mantenido el resto del año entre a los 50-60€/MWh; la demanda de gas en España ha disminuido alrededor de un 30%; y aunque seguimos en un contexto inflacionista, la sombra de la estanflación parece que se disipa.

Además, en febrero la Comisión Europea mejoraba las previsiones de crecimiento de España hasta el 1,4%, principalmente gracias al repunte del turismo, uno de los principales motores de nuestra economía desde el plan de estabilización de 1959.

Pero no nos relajemos, a finales de 2022, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) presentaba su estudio “How the European Union can avoid natural gas shortages in 2023” en el cual mostraba su visión sobre el impacto de las medidas del plan REPowerEU y los desafíos para este año.

Este invierno, Europa ha sobrepasado la crisis, en gran parte gracias a la acelerada implementación de las medidas del plan, un invierno con temperaturas más suaves respecto al invierno anterior,una desaceleración de la actividad industrial, así como por un incremento de un 60% en las importaciones de LNG.

Pero el próximo invierno, con la escalada de las tensiones geopolíticas con Rusia, se prevé que Europa tenga que buscar una fuente alternativa para remplazar los 60 BCM que importó por pipeline desde Rusia este último año. La AIE estima que la capacidad adicional de LNG en el mercado internacional sea de 20 BCM, por la cual tendremos que competir con una economía China que se acelera y además está mejor posicionada en el mercado asiático y africano. Si adicionalmente, no se mantienen las temperaturas de este año deberíamos agregar 10 BCM más.

Las cuentas, parecen están claras… _¡Winter is coming! _Por ello, la Comisión Europea ha lanzado un plan con 10 medidas para reducir la dependencia de la Unión Europea en el gas ruso: no firmar más contratos con Rusia, remplazar el gas ruso con fuentes alternativas, establecer obligaciones de almacenamiento, acelerar el despliegue eólico y solar, acelerar la eficiencia energética, etc.

Como diría JFK, “en la crisis, se consciente del peligro, pero reconoce la oportunidad”. España debe jugar un papel de jugar en la transición energética hacia los gases renovables y además tiene la capacidad para convertirse en un HUB importante en Europa. Dispone de un excelente sistema gasista, con 6 plantas de regasificación, con una red con más de 12.000 Km de transporte y 150.000 Km de distribución, con conexiones con África e Europa, además de ser el 3 país en cuanto potencial de generación de biogás/biometano y un elevado potencial en generación de hidrógeno verde.

Las condiciones son favorables, y parece que el sol, nuestros grandes productos cárnicos y nuestra agricultura vuelven a ser fundamentales para la economía España… pero tenemos que aprovechar esta oportunidad para ser relevantes en la transición energética, fomentando la colaboración público privado mediante clústeres industriales/ valles, acelerando la implementación de las medidas de la EU, agilizando los trámites administrativos nacionales, garantizando el mayor número de fondos europeos, incentivando la inversión en proyectos relevantes para la transición energética, la innovación, la digitalización, la eficiencia operativa y energética, la monitorización y reducción de gases de efecto invernadero (Co2 y Metano) …

En los últimos días, ha surgido el ”boom” del biometano, la historia del hidrogeno parece que se repite…esperemos que ante este contexto, seamos capaces de aprovechar esta oportunidad fomentemos un plan integrado que priorice el despliegue del biometano hasta 2030 y del hidrógeno verde, rosa… hasta 2050.

Javier Prieto Lasheras es senior manager de Management Consulting de Accenture.

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