La Comisión Europea (CE) seguirá negociando a nivel técnico con Pekín para buscar una solución "mutuamente aceptable" que ponga fin a la disputa por los subsidios al coche eléctrico chino que la UE considera ilegales y a los que ha respondido con fuertes aranceles sobre sus importaciones, según han indicado fuentes comunitarias que, no obstante, advierten de que persisten "importantes diferencias".
Es la principal conclusión de los servicios comunitarios tras la videollamada mantenida en las últimas horas entre el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y el ministro de Comercio de China, Wang Wentao.
"Hicieron balance de los avances logrados durante las ocho rondas de negociación técnica, así como de las importantes diferencias pendientes", ha indicado el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill.
El vicepresidente comunitario aprovechó el contacto para trasladar a las autoridades chinas su "preocupación" por las contramedidas de Pekín sobre el brandy europeo y las investigaciones que ha iniciado sobre los sectores del porcino y lácteo europeos, unos expedientes que la UE considera "infundados".
Las negociaciones entre China y la UE
En la conversación, los dos negociadores principales "reafirmaron su compromiso político por encontrar una solución mutuamente aceptable", que deberá "ser eficaz para lograr la igualdad de condiciones en el mercado de la UE y compatible con la OMC (Organización Mundial del Comercio)", ha añadido el portavoz.
Dombrovskis, que habla en nombre de los 27 en materia comercial, y Wang han acordado que "en breve" tendrán lugar nuevas negociaciones técnicas para seguir avanzando en la resolución de la disputa.
Además, la UE recalca que las reglas de la OMC permiten a las empresas implicadas participar en la investigación y presentar ofertas propias de precios, por lo que Bruselas "no excluye discusiones" con exportadores de manera individual mientras negocia con Pekín.
Bruselas dio el primer paso en verano al aplicar un gravamen provisional de hasta el 35,3% sobre los vehículos chinos de batería eléctrica para compensar las ayudas ilegales de Pekín que permiten a los fabricantes del gigante asiático producir a precios mucho más bajos que sus rivales europeos.
Pese al voto en contra de Alemania y Hungría y la abstención de países como España, el Ejecutivo comunitario superó una votación a principios de mes ante los 27 para convertir en permanentes estos aranceles a partir del próximo 31 de octubre. Los gobiernos no lograron una mayoría ni a favor ni en contra de la propuesta, lo que en la práctica facultó a Bruselas para seguir adelante con la medida.
En suspenso los aranceles a los eléctricos
Las nuevas tarifas se sumarán al 10% que ya aplica la UE a las importaciones de coches y, por tanto, elevarán los aranceles hasta a un 45,3% para algunos de los fabricantes. Su publicación en el Diario Oficial de la UE (DOUE) está prevista para el 30 de octubre y su entrada en vigor será, por tanto, un día después.
Con todo, Bruselas insiste en que el diálogo sigue abierto para buscar una solución "alternativa" y fuentes comunitarias explican que si se llega a un acuerdo los aranceles se podrán suspender con aquellos productores que asuman las condiciones acordadas. De manera general, el gravamen tiene aplicación de cinco años, aunque podrá suspenderse en caso de acuerdo.
En concreto, la propuesta definitiva revisa ligeramente algunos de los porcentajes que se impondrán con SAIC -el mayor fabricante del país-- y los productores que no han cooperado afrontando un gravamen del 35,3% (frente al 36,6% inicial).
Le siguen Geely con un 18,8%, BYD con un 17% y Tesla con un 7,8% (frente al 9% inicialmente estimado); además se impondrá un 20,7% al resto de empresas que hayan cooperado en la investigación.
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