No está dicha la última palabra sobre el futuro del gasoducto STEP (más conocido como MidCat), la inacabada interconexión gasista que pretendía unir España con Francia. En enero pasado parecía que se ponía el broche final a una larga espera al conocer que la CNMC y su homóloga francesa CRE descartaban la solicitud de inversión para continuar con esta infraestructura, al entender que no cumplía con las necesidades del mercado y no era rentable su construcción, .
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Nada más lejos de la realidad. La Agencia de Cooperación de Reguladores de la Energía (ACER) volverá a estudiar su viabilidad en la próxima reunión que está prevista que se celebre a primeros de mayo. Aunque podría entenderse en un principio que sus conclusiones se basarán en la negativa de los reguladores español y francés, según ha podido saber El Periódico de la Energía de fuentes del sector, habrá otras voces que se tendrán en cuenta. Las de la Comisión Europea y el gobierno de Portugal.
"La Comisión Europea ha mostrado en numerosas ocasiones su interés por la construcción del MidCat. Forma parte de los proyectos ya aprobados como PICs (proyectos de interés comunitario) porque se necesita una mayor integración de la Península Ibérica en el mercado interior de la energía europeo", explican las mismas fuentes. El Midcat cuenta con el apoyo claro del comisario de Energía y Clima, Arias Cañete, y de su director general, el francés Dominique Ristori.
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Portugal también es un serio defensor del MidCat. Según publicó el diario Expansión en febrero pasado, incluso la decisión de la CNMC y CRE abrió un frente diplomático con país vecino. Su regulador energético, el Erse (Entidade Reguladora dos Serviços Energéticos) se quejó de la decisión tomada por sus homólogos sin contar con su opinión.
Para Portugal, el MidCat no estaba concebido como una interconexión gasista entre Francia y España sino con el conjunto de la Península Ibérica, y por lo tanto, incluido Portugal. Por eso, el gobierno luso sigue estando a favor de que se lleve a cabo el proyecto, pero también porque necesita este tubo para dar salida al gas que recibe por vía marítima. En concreto a través de la terminal de GNL de Sines. El diario también publicó que Erse había pedido que fuera ACER la que dirima las diferencias.
Y como guinda del pastel, el mapa del gas en Francia ha tenido un cambio sustancial con posterioridad al informe negativo de los reguladores. Desde el pasado 1 de noviembre de 2018, GRTgaz y Teréga, los dos operadores de sistemas de transporte de gas en Francia, consiguieron lanzar una zona de mercado del gas única, la Región de Comercio de Francia (TRF). A partir de esta fecha, el precio PEG (Gas Exchange Point) se ha convertido en el precio exclusivo del mercado mayorista de gas en Francia, sin distinción entre el Norte y el Sur, uno de los grandes inconvenientes que ponía Francia para ver la viabilidad del gasoducto con España. El TRF marca la culminación de importantes inversiones en infraestructura de gas y la implementación de nuevas ofertas co-construidas con actores del mercado y la Comisión Reguladora de la Energía de Francia (CRE).
Si ya hay infraestructuras al otro lado de los Pirineos, ¿podría desencadenar otro resultado distinto al de enero pasado? Los expertos auguran que hay muchas posibilidades de que ACER solicite un nuevo informe a Enagás para poder valorar correctamente su decisión. El operador español ha reiterado en numerosas ocasiones que esta infraestructura podría ayudar a resolver el problema de la frontera de precio que hay entre Francia y España, por lo que están dispuestos, si se lo piden, a elaborar un nuevo informe.
La decisión de ACER, por tanto, no será inmediata.
El MidCat, el gasoducto oficialmente conocido como STEP (South Transit East Pyrenees) es una infraestructura de 120 km que cruza los Pirineos por territorio gerundense, y según el último informe de los reguladores solo sería viable si los precios del GNL durante un largo período permanecieran significativamente más altos que los precios del gas del gasoducto. Los especialistas dicen que es poco probable.
El gasoducto STEP costaría unos 442 millones de euros, de los cuales 290 millones los tendría que asumir el operador francés, Terega, y 152 millones restantes serían para Enagás. De conseguir luz verde por parte de ACER, podría conseguir ayudas de la UE de hasta el 50% del coste total.
Los operadores de red regulados generalmente obtienen alrededor de un 5,5% del rendimiento sobre su base de activos en dichos proyectos.
Bruno
11/04/2019