Ningún comentario La energía solía ser una industria aburrida, en la que, durante más de un siglo, la fórmula probada para el éxito era perforar, extraer, generar y consumir más energía que el año anterior. Pero en 1976, un joven analista de energía llamado Amory Lovins decidió cuestionar ese paradigma, dando inicio a un cambio en el sector de la energía que ha dado paso a un proceso de innovación increíble y a un alejamiento de los combustibles tradicionales para caminar hacia un mundo de electricidad limpia, barata y con bajo consumo de carbono y eficiencia energética.
De este cambio surgió una nueva e interesante industria que está lista para hacer que la energía sea más limpia y más barata que nunca. De hecho, ya no hay que preguntarse si los recursos de energía renovable pueden impulsar el futuro de nuestra economía, sino más bien, "¿cómo de rápido podemos alcanzar un futuro verdaderamente bajo en carbono?"
En pocas palabras, ahora es seguro decir que la energía limpia no solo está ganando, sino que ha ganado oficialmente. A medida que se enfocan los esfuerzos en acelerar la adopción de energía limpia, el Rocky Mountain Institute ha publicado un trabajo en el que se recogen las cinco razones que consideran más convincentes por las cuales el futuro de la energía limpia no se puede detener.
1 Seguir el dinero
Quizás la prueba más infalible de una transición global a la energía limpia es seguir los caminos del dinero.
Los equipos de investigación de Bloomberg New Energy Finance (BNEF) han pronosticado que "las fuentes de energía renovables representarán casi las tres cuartas partes de los 10,2 billones de dólares que el mundo invertirá en nueva tecnología de generación de energía hasta 2040".
Y lo que es más importante, en la región de Asia Pacífico (incluidas las economías china e india), BNEF informa que las energías renovables representarán más del 60% de las nuevas inversiones en energía, frente a solo un 10% para la generación de carbón y gas. Algo que suena como una relación que podría marcar la diferencia.
Mientras tanto, el mercado de bonos verdes -títulos de inversión que generan dinero para ser utilizados en proyectos con beneficios ambientales o climáticos- se ha disparado a niveles récord.
La emisión de bonos verdes alcanzó los 155.500 millones de dólares en todo el mundo en 2017, un 78% más que el año anterior gracias al fuerte respaldo de Estados Unidos, China y Francia.
Los expertos en finanzas predicen un crecimiento exponencial adicional en 2018 y son optimistas en que los bonos verdes podrían llegar a ser un mercado de 1 billón de dólares para finales de 2020.
Ante la abrumadora cantidad de dinero que inunda el sector, es difícil argumentar que el futuro será todo menos impulsado por las energías renovables.
2 El mito de que la energía renovable es cara se derrumba
El mito de las energías renovables "caras" está muerto. A finales de diciembre de 2017, Rocky Mountain Institute anunció que se iniciaba la construcción de un proyecto solar de 3 MW en Nuevo México que venderá la energía generada por debajo de los 4,5 centavos de dólar por kilovatio-hora.
Este precio es oficialmente el contrato más bajo del que se tiene noticia para energía solar fotovoltaica distribuida en todo EEUU, superando los precios del carbón que promedian 6 centavos y más por kilovatio-hora y compite con los precios del gas natural con un promedio de 4,2 centavos, según Lazard .
Pero esto no es todo. En este mes de enero de 2018, la eléctrica de Colorado Xcel Energy recibió " ofertas escandalosamente bajas " por electricidad proveniente de fuentes renovables. Las ofertas de energía eólica tuvieron un precio medio promedio de 1,8 centavos por kilovatio-hora, y la oferta media de energía solar fue de 2,95 centavos por kilovatio hora.
Incluso con los costes de la tecnología de almacenamiento incluidos, que permiten que las energías renovables generen durante las 24 horas del día como los combustibles fósiles, el precio promedio de la eólica fue de 2,1 centavos por kilovatio hora y el precio promedio de la energía solar fue de 3,6 centavos por kilovatio hora.
Si hay algo que estas historias nos dicen, es que el mito falso de "costosas energías renovables" está muerto de verdad. No solo la economía baja en carbono será mejor para el medio ambiente, sino que también será mejor para los clientes de electricidad.
3 Las grandes empresas apuestan por las energías renovables
En 2017, los compradores corporativos de energía renovable alcanzaron un total acumulado de 10 gigavatios (GW) de nuevos proyectos de energía limpia. Este hito significa que los proyectos renovables respaldados por corporaciones ahora controlan la energía de más de 7 millones de hogares.
Y a medida que más compañías toman la decisión de comprar energía renovable para impulsar sus operaciones, el mercado está respondiendo para permitir que las empresas más pequeñas y más diversificadas realicen sus transacciones también.
El año pasado, las compañías que compraban energías renovables iban desde jugadores de alta tecnología como Google y Facebook a industriales pesados como Cummins y fabricantes de autos como General Motors. Incluso el gigante cervecero Anhewiuser-Busch InBev se involucró en la acción no con una, sino con dos compras de energía renovable, incluyendo un enorme parque eólico en Oklahoma.
Combinados, estos negocios y sus pares contrataron 3,11 GW de potencia el año pasado, el segundo mejor año para la compra de energía renovable corporativa. Es importante darse cuenta de que estas compañías compran energías renovables no porque tengan que hacerlo, sino porque es bueno para los negocios.
Con más de 10 GW de nuevas energías renovables en línea debido a los compradores corporativos, la marea se está volviendo contra los detractores que creen que las energías renovables solo son viables debido a la intervención del gobierno.
4 Los coches de combustión interna tienen los días contados
Los días del transporte impulsado por combustión interna parecen estar llegando a su final a pasos agigantados. Durante el año pasado más o menos, los gobiernos de China, India, Francia, Gran Bretaña y Noruega anunciaron que están considerando la prohibición de los automóviles a gas y diésel.
Además de las prohibiciones propuestas para el motor de combustión interna (ICE), varios países están creando objetivos de ventas oficiales de vehículos eléctricos (VE), incluidos Irlanda, Japón, Corea y España.
Y como vemos con los compradores corporativos de energía renovable, el sector privado está preparado para desempeñar un papel importante en catalizar el cambio a vehículos eléctricos con bajas emisiones de carbono.
En el Salón del Automóvil de Detroit 2018, Ford Motor Co. anunció que planea aumentar su inversión en vehículos eléctricos a 11.000 millones de dólares para 2022, casi un aumento del 250% sobre los planes iniciales de invertir 4.500 millones para 2020.
El análisis de Reuters muestra que este compromiso lleva la inversión total en vehículos eléctricos de los fabricantes mundiales de automóviles a 90.000 millones. Solo General Motors planea sacar 20 modelos eléctricos nuevos impulsados por baterías y pilas de combustible al mercado para el 2023.
5 Las grandes petroleras también apuestan por las renovables
La revolución de las energías renovables ha llegado para quedarse. Y si no, que se lo pregunten a Shell, BP o Exxon.
Estos gigantes del petróleo y el gas ya están planeando un mundo bajo en carbono con nuevas inversiones en compañías de energía renovable y nuevas iniciativas climáticas a raíz de la presión de los accionistas clave.
En enero de 2018, Shell anunció una inversión de hasta 217 millones de dólares en una compañía solar con sede en Nashville. El vicepresidente de energía solar de Shell explicó la decisión al decir: "Este tipo de asociaciones en joint venture se intensifica en nuestra nueva estrategia de energías y proporciona a nuestros clientes estadounidenses opciones renovables solares adicionales". Mientras tanto, solo un mes antes, BP anunció sus planes de invertir 200 millones en un importante desarrollador solar europeo.
Si bien estas son apuestas de energía limpia relativamente pequeñas en comparación con lo que estas compañías gastan en su negocio principal, esta es una tendencia que observaremos de cerca.
Ganar no es suficiente
La evidencia ciertamente sugiere que las energías renovables han ganado y que un futuro con bajas emisiones de carbono es casi inevitable. Pero desafortunadamente, eso no es suficiente. El cambio climático aún representa una amenaza existencial para nuestra forma de vida tal como la conocemos.
Si bien 2017 fue el segundo año más cálido desde 1880, la administración Trump continúa "desmantelando los esfuerzos para luchar contra el cambio climático".
Huelga decir que, a pesar de las buenas noticias sobre un futuro de energía limpia, ahora es el momento de redoblar los esfuerzos y acelerar la transición hacia una economía baja en carbono, porque como decía Amory Lovins en 1976, "no tendremos otra oportunidad para hacerlo".
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