Política energética

Las ciudades serán el centro de la transición energética sostenible

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El Club Español de la Energía ha contado con la participación del Director de Sustainability, Technology and Outlooks de la Agencia Internacional de la Energía, Kamel Ben Naceur, para presentar el estudio Energy Technology Perspectives 2016 (ETP 2016 Perspectivas sobre tecnología energética), que examina las oportunidades tecnológicas y políticas disponibles para acelerar la transición hacia sistemas energéticos urbanos sostenibles. El estudio revela una vez más que, pese a algunos avances notables, el ritmo de transformación del sector energético es mucho más lento que el necesario para alcanzar los objetivos de sostenibilidad a largo plazo.

Para Ben Naceur, las ciudades impulsan el crecimiento económico, pero también pueden impulsar el cambio sostenible. A medida que aumenta la proporción de población mundial que vive en las ciudades, la toma de acciones en las áreas urbanas puede resultar decisiva para lograr la sostenibilidad del sistema energético mundial a largo plazo, incluyendo las reducciones de emisiones de CO2 necesarias para alcanzar los objetivos climáticos fijados en la COP 21 París.

El Acuerdo de París fue un hito en materia de implementación, comentó Ben Naceur y, en las negociaciones se invitó a actores no estatales a formar parte del proceso. No solo se incluyeron a actores energéticos públicos, sino también a organizaciones no gubernamentales (ONG), al sector privado y a entidades locales y regionales. Las ciudades ocuparon un papel protagonista en la preparación de la COP21 a través del Plan de Acción Lima-París (Lima-Paris Action Agenda) y su apoyo al Compromiso de Acción de París (Paris Pledge for Action).

La necesidad de acelerar la innovación en materia de tecnologías de bajas emisiones de carbono también ha sido objeto de mucha atención en foros internacionales; las recientemente creadas Mission Innovation y Breakthrough Energy Coalition aspiran a catalizar inversiones en tecnologías capaces de acelerar la reducción de las emisiones de carbono drásticamente.

Las ciudades son fundamentales en los esfuerzos para reducir drásticamente las emisiones de carbono,sin olvidar la polución ambiental. Con más de la mitad de la población de todo el planeta y en torno al 80% del PIB mundial en 2013, las ciudades representan en torno a dos tercios de la demanda de energía primaria y el 70% de las emisiones totales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía. Sin embargo, las ciudades no solo impulsan la demanda energética y sus impactos medioambientales; también pueden ofrecer grandes oportunidades para orientar el sistema energético mundial hacia una mayor sostenibilidad. Los sistemas energéticos urbanos ofrecen grandes oportunidades para proporcionar servicios en transporte y edificios con una mayor eficiencia.

Las fuentes de energía renovable situadas en las áreas urbanas pueden contribuir en gran manera a satisfacer las necesidades energéticas de las ciudades, aumentando al mismo tiempo la resiliencia energética urbana y reteniendo el valor económico dentro de las comunidades urbanas. Entre las fuentes de energía renovable que pueden desarrollarse en las áreas urbanas, la solar fotovoltaica (FV) en tejados, los residuos sólidos urbanos (RSU) y el gas proveniente de las aguas negras y residuales son rentables actualmente, y pueden desempeñar un papel relevante a la hora de satisfacer las necesidades urbanas de electricidad, calor y frío.

Para la AEI, no existe un modelo único; los responsables políticos tienen que elegir la combinación apropiada de estrategias y soluciones óptimas en función de las particularidades de sus ciudades y países. En las economías no pertenecientes a la OCDE, en las que aún quedan por construir muchas infraestructuras urbanas, existen amplias oportunidades de confinamiento “positivo” (de bajas emisiones).

El fomento del desarrollo de capacidades y la asistencia financiera son cruciales para las ciudades de economías emergentes, y los gobiernos nacionales, bancos de desarrollo multilaterales, ONG y organizaciones internacionales tienen un papel estratégico que desempeñar a la hora de apoyar a las ciudades que aún deben construir grandes infraestructuras energéticas nuevas. Asimismo, los responsables políticos locales poseen las palancas necesarias para modelar o remodelar radicalmente el entorno construido, sobre todo en el ámbito de la edificación ,aplicando códigos de construcción, y mediante la planificación de redes energéticas urbanas eficientes, de cero o bajas emisiones de carbono.

Las políticas nacionales pueden reforzar y completar las políticas urbanas de edificios de bajas emisiones de muchas maneras, por ejemplo, mediante mecanismos que afectan al sector de edificios en su conjunto en el caso de los edificios urbanos, introduciendo marcos sostenibles de planificación del uso del suelo urbano, junto con iniciativas de fomento de capacidades para los planificadores locales.

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