Las eléctricas confirman que están preparando la solicitud de prorrogar la operación de Almaraz para los próximos días

Las grandes eléctricas propietarias de la central nuclear de Almaraz han confirmado que van a presentar una solicitud de prórroga para mantener operativo el rector I de Almaraz.

La Junta de Administración de Centrales Nucleares Almaraz-Trillo (CNAT) ha celebrado este martes , 21 de octubre, una reunión de carácter ordinario (recalcan) en la que no se ha aprobado aún una petición formal de prórroga. Sin embargo, fuentes de Iberdrola confirman que la eléctrica está trabajando para enviar una solicitud formal de extensión de vida útil al Gobierno antes del 31 de octubre, fecha límite para remitir la documentación de cierre al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Desde la compañía subrayan su compromiso con la continuidad de la planta, “al igual que han venido haciendo públicamente Endesa y Naturgy”, y destacan que el complejo de Almaraz mantiene el nivel de excelencia reconocido recientemente por WANO. “Respecto a la solicitud formal de continuidad los socios trabajan en la gobernanza para lanzarla cuanto antes, al MITECO, con carácter previo a la entrega de documentación al CSN,” afirma un portavoz de Iberdrola.

Nueva reunión por Almaraz

Las tres compañías deberán aprobarlo internamente antes de una nueva reunión de CNAT.

Los procesos burocráticos de solicitud de prórroga y de documentación para cierre no son excluyentes y puede ocurrir simultáneamente, todo a expensas de que el ministerio de Aegesen levante la orden ministerial de 6 de agosto de 2020.

Esta novedad coincide este martes con el inicio de la operación de recarga número 29 en la unidad II de Almaraz, en la que participan 1.200 técnicos. Entre los asistentes se encuentra Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear, quien ha defendido que “es absurda la batalla que se intenta crear entre renovables y nuclear, pues las cuatro grandes eléctricas son propietarias de ambas fuentes”.

Araluce ha recalcado además que la energía nuclear aporta “flexibilidad y estabilidad fundamentales al sistema eléctrico” y ha criticado el argumento gubernamental de que los reactores españoles superan su vida de diseño, recordando que en EE. UU. las licencias iniciales de 40 años ya se han ido ampliado hasta 80, e incluso se estudian extensiones hasta 100 años.