El control de tensión en el sistema eléctrico español centra el debate sectorial tras el apagón peninsular del 28 de abril, mientras las eléctricas denuncian un "importante" retraso tanto normativo como en el despliegue de infraestructuras que ayudarían a mantener este parámetro dentro de sus rangos aceptables de operación.
Fuentes de Aelec -que agrupa a Iberdrola, Endesa y EDP- lamentan haber tenido que esperar "cuatro años" hasta ver la reforma que permite el control dinámico de la tensión por parte de las renovables, y reprochan la demora del operador, Red Eléctrica, a la hora de implementar infraestructuras, como los compensadores síncronos, que ya aparecían en la planificación actual, de carácter vinculante.
Una de las funciones más relevantes del sistema eléctrico es el control de tensión. Este depende del equilibrio entre la energía activa (la electricidad útil que se consume), y la reactiva (no se consume, pero es necesaria para mantener la tensión estable en las redes y hacer funcionar motores, transformadores o inversores).
Si falta energía reactiva, la tensión baja; si sobra, sube. De ahí que mantener la tensión dentro de límites seguros requiera ajustar constantemente la cantidad de reactiva que circula.
En conversación con EFE, Aelec insiste en que esa labor es responsabilidad de Red Eléctrica, que tiene una visión completa del sistema eléctrico. En cualquier caso, las mismas fuentes proponen que aquellas centrales que puedan aportar al control de tensión dando consignas de reactiva, lo hagan.
Y es que "hay alguna eólica, alguna fotovoltaica y algunos ciclos combinados que ya lo pueden hacer", sólo "bastaría con una actualización del 'software'", añaden.
Diferencias entre Europa y España
Otra reivindicación de Aelec es la de alinearse con la Unión Europea sobre dónde establecer el umbral máximo de tensión permitido para una operación normal del sistema.
En España -donde las tensiones han ido aumentando año tras año, según la asociación-, el estándar que maneja Red Eléctrica está en 435 kilovoltios (kV), frente a los 420 kV de sus vecinos, incluido Portugal.
Esto quiere decir que, teniendo en cuenta que las centrales eléctricas están preparadas para desconectarse automáticamente si la tensión supera los 440 kV, en Europa las instalaciones cuentan con un margen operativo de 20 kV.
Sin embargo, prosiguen las fuentes, en España es de 5 kV, un rango tan pequeño -similar al error de medida- que cualquier desviación podría provocar desconexiones masivas de centrales.









Frank
10/11/2025