Las exportaciones de energía solar de China para 2023 alcanzaron una cifra récord, con un crecimiento superior al 40% para todos los equipos, según Wood Mackenzie. El aumento estuvo dominado por los módulos, que alcanzaron un nuevo máximo de 227 GW. Por su parte, las células registraron el crecimiento más rápido, con un 61,6% hasta 38 GW.

El país consolidó su control sobre la fabricación de la cadena de suministro de módulos, con una cuota superior al 80%. Nuestra investigación revela que Asia-Pacífico (excluida China) alberga la mayor parte de las instalaciones chinas en el extranjero, con un total de más de 70 GW de capacidad de producción de células y módulos.

Sin embargo, a pesar de este crecimiento récord, los ingresos por exportación cayeron un 5,6%, hasta 49.000 millones de dólares, debido a la caída de los precios provocada por el exceso de oferta. A medida que más mercados sigan adoptando requisitos de contenido local (LCR), China empezará a enfrentarse a crecientes limitaciones para las exportaciones de energía solar. En respuesta a los crecientes requisitos de contenido local, las empresas chinas están globalizando su capacidad de fabricación para compensar la pérdida de exportaciones.

Los inversores en almacenamiento amplían su presencia en el extranjero

Europa, EEUU y el Sudeste Asiático se encuentran entre los principales mercados para la inversión manufacturera china. En consecuencia, los inversores y fabricantes chinos de almacenamiento han ampliado su presencia en el extranjero a 22 países.

Sin embargo, debido a la laxa política comercial, sólo un máximo del 20% de la capacidad en el extranjero prevista por los fabricantes chinos de baterías se aplicará en el segmento del almacenamiento de energía.

Según los analistas de Wood Mackenzie, las preocupaciones medioambientales y la escasez de talentos dificultan el funcionamiento de las fábricas en el extranjero. Sin embargo, a pesar de los elevados gastos de capital y los largos ciclos de construcción, los fabricantes chinos siguen invirtiendo en instalaciones en el extranjero para acercarse al mercado descendente y ampliar las relaciones con los clientes.

También se sienten atraídos por las subvenciones gubernamentales a todos los niveles para absorber la inversión y crear puestos de trabajo, incluidas subvenciones, exenciones fiscales y préstamos a bajo interés.

Según el estudio de Woodmac, la gran variación regional en los plazos de entrega se debe al predominio de las fuentes asiáticas de materias primas y equipos de fabricación, así como a las dificultades para obtener evaluaciones de impacto ambiental y permisos. Asimismo, la obtención de licencias de seguridad, producción y venta varía de una región a otra, al igual que la eficiencia de la construcción y la disponibilidad de talento para dirigir las fábricas.

Europa y Estados Unidos son los principales mercados de exportación de baterías de iones de litio para las empresas chinas. Al mismo tiempo, China coopera estrechamente con Corea del Sur en la cadena de suministro de baterías, y se intercambian volúmenes considerables de importación y exportación.

Nuestros datos revelan que es probable que los fabricantes chinos mantengan su ventaja exportadora en productos de almacenamiento de energía debido a su alta productividad y bajos costes. Por lo demás, las fábricas de fuera de China siguen enfrentándose a diversos ciclos de construcción largos, un lento aumento de la capacidad de producción y una calidad de los productos no verificada.

De hecho, la mayor parte de la capacidad de producción en el extranjero se ha destinado a los vehículos eléctricos (VE), lo que limita la oferta local que fluye hacia el sector del almacenamiento de energía, dejando así una enorme oportunidad para las exportaciones chinas.

No obstante, los fabricantes chinos deben tener cuidado con el persistente exceso de oferta en el segmento del almacenamiento de energía. En 2023, la inversión china en capacidad de baterías aumentó casi un 30%, pasando de los vehículos eléctricos a los sistemas de almacenamiento de energía (ESS).

Es más, la capacidad de almacenamiento de energía prevista por China para 2030 ya ha superado con creces la demanda mundial, lo que exacerba la competencia entre los fabricantes chinos.