Las compañías petroleras son conscientes desde hace tiempo que la revolución del vehículo eléctrico tardará más o menos tiempo en producirse, pero acabará llegando. La desaceleración de la demanda de petróleo es una realidad palpable que poco a poco se ha convertido en una marcada tendencia que, junto a las previsiones de un rápido crecimiento de las energías verdes, supone un riesgo añadido al negocio principal del sector del petróleo y gas, concluye un análisis realizado por Wood Mackenzie, que pronostica un crecimiento anual del 6% para la energía eólica y del 11% para la energía solar, en comparación con el 0,5% que prevé para el petróleo.
Según el análisis de Wood Mackenzie, más de una quinta parte de la inversión de las grandes compañías de petróleo y gas podrían dirigirse a la energía eólica y la solar en poco más de una década, según el análisis de cómo los cambios globales en la energía van a remodelar el sector.
La desaceleración de la demanda de petróleo y las previsiones de crecimiento rápido en las energías renovables plantea una amenaza y una oportunidad para BP, Shell y Total, entre otras compañías petroleras. “El impulso detrás de estas tecnologías renovables es imparable”, dijo Valentina Kretzschmar, directora de la investigación. “Las compañías petroleras reconocen que no se trata de una moda, sino de una megatendencia que va a continuar. Definitivamente, hay un riesgo para su negocio principal”.
Los analistas de materias primas encuentran que las principales compañías petroleras tendrían que gastar más de 350.000 millones de dólares en energía eólica y solar hasta 2035 para tomar una cuota de mercado similar a la del 12% que tienen en el sector del petróleo y gas.
Wood Mackenzie admitió que dicho gasto es alto incluso para las empresas petroleras y, por tanto, un “escenario poco probable”, pero pronosticó que las energías renovables podrían suponer más de una quinta parte de la inversión más allá de 2030, según cuenta el diario británico The Guardian.
La mayor parte de los gigantes de petróleo y gas están reaccionando debido a las políticas contra el cambio climático y la desaceleración de la demanda. Royal Dutch Shell, Statoil y Eni están invirtiendo miles de millones de dólares para hacerse con las licitaciones de parques eólicos offshore en el Mar del Norte y zonas cercanas. Según Bloomberg New Energy Finance, entre 2000 y 2017 ya han invertido cerca de 99.000 millones de dólares en proyectos en el Mar del Norte.
Y lo más sorprendente es que las están ganando compitiendo con las principales empresas del sector renovable, como Dong Energy o Vattenfall. Se están alzando con la victoria en las subastas de compra de energía, y todo porque su experiencia en el mar es enorme: solo en la especialidad del anclaje de enormes turbinas en el lecho marino son mucho mejores que sus competidoras renovables.
La noruega Statoil es la primera compañía del mundo en desarrollar parques eólicos marinos flotantes. Shell pasó la mayor parte de su junta general anual haciendo alarde de su compromiso con la lucha contra el cambio climático y con los proyectos de energía renovables, tales como los parques eólicos en la costa de Holanda.
Wood Mackenzie dijo que la mayoría de las compañías de petróleo y gas se han dado cuenta de que las energías renovables plantean un riesgo existencial para ellos y necesitan protegerse contra esa amenaza mediante su diversificación.
“El aprovechamiento de las oportunidades de crecimiento en este mercado creciente es una opción importante, pero no hay que olvidar que también hay presión de los inversores”, dijo Kretzschmar, citando al 62% de los accionistas que votaron en la Junta de Exxon para obligar a la empresa a ser más transparente sobre el cambio climático.
Al igual que BP , Wood Mackenzie predijo que la demanda de energías renovables crecería más rápido que el petróleo en las próximas dos décadas: los analistas pronostican un crecimiento anual del 6% para la energía eólica y el 11% para la energía solar, en comparación con el 0,5% de la demanda de petróleo.
Los parques eólicos marinos son probablemente la tecnología más atractiva en cuanto que son comparables en escala a la extracción de petróleo y gas, dijo Wood Mackenzie. Pero “las enormes reducciones” de los costes de la energía solar y la eólica significan que, en algunos lugares, las dos tecnologías son competitivas sin subsidios, segú n recoge The Guardian.
Kretzschmar dijo que las compañías de petróleo y gas en Europa habían apostado por las energías renovables con mucho más entusiasmo que sus rivales estadounidenses como Exxon y Chevron porque las empresas estadounidenses tenían un menor costo de producción de petróleo y gas.
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