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Las ingenieras piden la incorporación de la perspectiva de género en el sector energético

Llaman a adaptar sus operaciones de forma adecuada a las circunstancias ecológicas, sociales, económicas y culturales de las mujeres

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Cerca de cuarenta expertas del sector energético -algunas de ellas valencianas- organizadas por Ingeniería sin Fronteras se han unido para reclamar a empresas y sector público la "urgente" incorporación de la perspectiva de género en este sector de forma que se reconozca que provoca mayor empobrecimiento femenino y sitúe el medio ambiente y el interés social en el centro de su estrategia.

Se trata de profesionales de Ecologistas en Acción, Universitat de Girona, Universidad Politécnica de Madrid, Friends of the Earth Europe, Juventud por el Clima (Fridays for future España), Alianza contra la Pobreza Energética, Aiguasol, Federación de consumidores y usuarios, Fundació València Clima i Energia o Plataforma por un Nuevo Modelo Energético firman el documento, respaldadas por la organización europea Empowering Underrepresneted Women int he Energy Sector.

Desde Ingeniería Sin Fronteras, Irene González, ingeniera de caminos, ha explicado a EFE que más allá de pedir paridad en las empresas energéticas, demandan un viraje a una mentalidad "ecofeminista" que reconozca la feminización de la pobreza energética y que desarrolle un nuevo modelo que, más allá de la mercantilización, "ponga a las personas y al Planeta en el centro".

A las empresas, les reclaman reconocer que las mujeres son las más perjudicadas y excluidas por las decisiones que se tomen en materia energética, como las mujeres con bajos ingresos, desempleadas, con trabajos precarios, mayores, familias con hijos a cargo, personas con diversidad funcional, inmigrantes o madres solteras.

En este sentido, llaman a adaptar sus operaciones de forma adecuada a las circunstancias ecológicas, sociales, económicas y culturales de las mujeres, por ejemplo, integrando la perspectiva de género en los procesos de evaluación de la demanda energética o configurando las tecnologías energéticas más adecuadas teniendo en cuenta las necesidades y prioridades específicas del 52% de la población.

Asimismo, exigen a los representantes políticos medidas legislativas como la prohibición de los cortes, la condonación de la deuda o la creación de una tarifa social real.

Igualmente, piden incluir la formación de género, ecofeminista y energética al personal técnico de la administración que trabaja con cuestiones relacionadas con la energía: servicios sociales, oficinas energéticas, de rehabilitación o cambio climático o atención a la ciudadanía.

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Así como introducir criterios de género o de principios ecofeministas en las contrataciones públicas como base para los requisitos incluidos en los pliegos para contratación pública de las administraciones, ayuntamientos o entes locales.

Por ejemplo, explica González, si quieres poner una instalación de renovables en un municipio rural la oferta más barata llevará allí a unos cuentos empleados subcontratados que luego se marcharán. Mientras que igual se podría dar más puntos a otra opción más cara pero que tenga un plan para revitalizar el pueblo a medio plazo.

"La perspectiva ecofeminista es reconocer que la energía tiene una función social y que forma parte de un sistema social, ambiental y político y no solo mercantilista", cuenta la ingeniera.

Feminización de la pobreza energética

La también autora principal del estudio "Desigualdad de género y pobreza energética: Un factor de riesgo olvidado" destaca que en la ciudad de Barcelona, el 70% de los que piden ayudas vinculadas al pago de facturas energéticas son mujeres.

Paradójicamente, cuenta, son mujeres la mayoría de las "encargadas del hogar" que necesitan la energía para mantener la casa en funcionamiento.

"Bañar, lavar, cocinar, todo gasta luz. Si la cortan, son las primeras damnificadas", lamenta.

Además destaca, aunque pueda haber otras personas en las casas, son también ellas las que acuden mayoritariamente a los servicios de suministros, cuyas gestiones "están altamente feminizadas".

González recuerda que la Unión Europea obliga a realizar impactos de género en presupuestos y acciones de política pública y privada y, sin embargo, "de todo eso en el sector energético se hace muy poco".

"Al final se trata de darse cuenta de a quién afecta más la política energética y ambiental y reconocer esa circunstancia para hacer normas que ponderen estos elementos", añade.

Falta de paridad en el sector energético

González, quien recuerda que en la facultad, en la Universitat Politécnica de Barcelona, cuando estudió a finales de los noventa, apenas 10 de los 120 alumnos de clase eran mujeres, llama la atención sobre que en las grandes empresas energéticas sólo cuentan con un 32% de mujeres en sus plantillas.

Reconoce que se ha avanzado en paridad en la representación política, como demuestra que las últimas dos ministras del ramo hayan sido mujeres, si bien apunta que eso no conlleva necesariamente que esas personas tengan perspectiva de género.

"La paridad es pues una condición necesaria, pero no suficiente, para que haya políticas ecofeministas en el sector", afirma.

En los altos puestos de las energéticas las mujeres aún no han alcanzado la paridad tampoco, si bien están en ello en el caso concreto de las renovables y en las comunidades energéticas, mucho más avanzados en igualdad que el sector tradicional de la energía fósil.

"Es una tendencia que pasa a nivel mundial porque hay más mujeres que provienen de otros grados, por ejemplo, los estudios ambientales, y que no se incorporan al sector desde el conocimiento más técnico, sino desde la concienciación del impacto social y climático", ha contado.

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