Después de desembolsar más de 2.500 millones por derechos de perforación en las aguas del Ártico estadounidense, Royal Dutch Shell, ConocoPhillips y otras compañías están renunciando de forma silenciosa a estas franquicias, de las que alguna vez esperaban que sería el próximo gran descubrimiento petrolero.
La retirada se produce después de que los precios del petróleo se desplomaran a menos de la mitad de los niveles de junio de 2014, lo que obligó a las petroleras a recortar cuantiosos gastos.
En el caso de Shell y ConocoPhillips, la decisión de abandonar la zona del Ártico se hizo oficial antes del plazo del 1 de mayo fijado para el pago al gobierno estadounidense del alquiler para mantener sus posesiones en el mar de Chukotca, al norte de Alaska.
Se calcula que el Ártico estadounidense alberga 27.000 millones de barriles de petróleo y 132 billones de pies cúbicos (equivalente a 3.73 billones de metros cúbicos) de gas natural, pero las empresas de energía han tenido dificultades para explotar los recursos enterrados bajo las aguas heladas de la cima del mundo.
El año pasado, Shell puso fin a una exploración llena de contratiempos para buscar crudo en el Ártico, que le había costado 8.000 millones de dólares después de obtener resultados decepcionantes de un pozo de prueba en el mar de Chukotca. Shell decidió que el riesgo, por ahora, no vale la pena, y otras compañías probablemente hayan llegado a la misma conclusión, según Peter Kiernan, analista principal de energía de The Economist Intelligence Unit.
“La exploración en el Ártico ha quedado retrasada varios años, dado el entorno de bajos precios del petróleo, el mayor costo significativo que requiere la exploración y los riesgos ambientales que entraña”, añadió.
Renuncias al 80%
En total, las empresas han renunciado a derechos de perforación en una superficie de 8.900 kilómetros cuadrados en el mar de Chukotca, lo que supone casi el 80% de las licitaciones que le compraron al gobierno estadounidense en una subasta realizada en 2008.
Las compañías petroleras gastaron más de 2.600 millones para quedarse con 2,8 millones de acres en el mar de Chukotca durante esa venta, además de compras anteriores en el mar de Beaufort.
Shell renunció a 274 arrendamientos en el mar de Chukotca y decenas en el vecino mar de Beaufort. Al hacerlo, la empresa pierde lo que pagó al gobierno estadounidense por los derechos de perforación en esas zonas y los millones de dólares que invirtió en alquileres anuales desde entonces. “Estas medidas son congruentes con nuestra decisión anterior de no explorar frente a las costas de Alaska en el futuro próximo”, dijo a Bloomberg el portavoz de Shell, Curtis Smith.
La decisión también refleja el alto costo de operar frente a la costa norte de Alaska y de los cambios en las normas de regulación, añadió Smith.
Otras compañías de energía siguieron los pasos de Shell y dejaron el Ártico, de acuerdo con los registros del Departamento del Interior que obtuvo el grupo ambientalista Oceana conforme a una solicitud basada en la Ley de Libertad de la Información y que fueron revisados por Bloomberg News.
Oportunidades perdidas
ConocoPhillips formalmente renuncio a sus 61 contratos en el mar de Chukotca el 26 de abril y su portavoz, Christina Kuhl, dijo que la compañía terminará los procedimientos de apelación para extender la vida de los contratos ante la Agencia del Interior para Apelaciones de Tierras (Interior Board of Land Appeals).
Statoil dio por terminadas sus 16 licitaciones en el mar de Chukotca y sus 50 licitaciones que estaba trabajando en el Ártico estadounidense en noviembre de 2015; la italiana Eni también abandonó sus cuatro arrendamientos el 28 de abril.
Shell detuvo indefinidamente la exploración de petróleo en el Ártico estadounidense, pero está buscando una extensión de los arrendamientos que finalizarán en 2017. Podría llevar años –en el mejor de los casos- antes de que las compañías petroleras vuelvan a tener otra oportunidad de comprar derechos de perforación en la región.
Estados Unidos podría darle la vuelta a los contratos y revenderlos si cualquiera de las empresas que se fueron quieren volver a comprarlos.
El Departamento del Interior está considerando la venta de contratos de arrendamiento en el mar de Beaufort en 2020 y en el mar de Chukotca dos años después, pero esas subastas están lejos de ser ciertas, y los grupos ecologistas están presionando a la administración de Barack Obama para descartarlas por completo.
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