Las recompras de acciones sirven para aumentar el valor de la acción y la participación de los accionistas restantes al reducir el número de títulos en circulación, lo que eleva el beneficio por acción (BPA). También son una forma de retribuir a los accionistas, gestionar el exceso de liquidez de la empresa, y señalar al mercado que la compañía considera sus acciones infravaloradas.
La venta parcial del 25% de participación en la empresa de alta tensión alemana Amprion al fondo Apollo Global Management abre otra vez la posibilidad de ampliar el plan de recompra de acciones de la eléctrica alemana RWE.
El anuncio de esta esperada operación fue acogido por el mercado positivamente, ya que los inversores esperan que RWE anuncie en un futuro la ampliación de su plan de recompra de acciones. De acuerdo con la nota de presa publicada ayer, los fondos recibidos directamente por RWE (€3,2 mil millones) se reinvertirán en Amprion "de acuerdo con las necesidades de su plan de inversiones".
Aunque la nota de prensa del lunes únicamente menciona que esta alianza con el fondo de inversión ``está alineada con la estrategia de incrementar su cartera de generación en renovables, baterías y generación flexible’’, el equipo gestor ya prometió anteriormente al mercado una revisión de su política de asignación de capital para el año que viene.
Convivencia de planes de recompra de acciones con ampliaciones de capital en el sector europeo
Llama la atención que entre tanta captación de capital coexistan en el sector, además, empresas que tienen en activo planes de recompra de acciones, como Enel, Endesa, RWE o Centrica. En el caso de la alemana RWE, la flexibilidad en el plan de inversiones de Amprion y el hecho de que RWE tenga un plan de expansión en renovables, que ya ha sido revisado a la baja anteriormente, abre la posibilidad de ampliar su presente plan de recompra de acciones del período 2024 – 2026 de €1,5 mil millones.
La reciente aprobación de la ampliación de capital de Orsted se añade a la lista de capitaciones de capital que se acumulan dentro del sector. No es sorprendente, ya que el sector se encuentra sumergido en un intenso ciclo inversor con el objetivo de contribuir a la descarbonización del propio sector y progresar en la electrificación de las economías.
La lista está compuesta principalmente por empresas especializadas en redes, como Italgas, National Grid, Elia o Pennon, y empresas integradas con compromisos de inversión multimillonarias en redes, como Iberdrola. Otras, como Snam o Terna, siguen dependiendo de la emisión de bonos híbridos, que para las agencias de rating se consideran una mezcla de deuda y del capital.
No es una contradicción que, en un subsector de inversiones decrecientes como es el de renovables, convivan la ampliación de capital de Orsted, empresa con fuertes compromisos de inversión en proyectos de eólicos marinos de larga ejecución, y RWE, con una cartera de proyectos más diversificada y flexible y con menores compromisos de inversión a largo plazo.
El modo de calcular el coste del capital de los accionistas no se diferencia en los dos casos
La rentabilidad esperada por los inversores es un coste de capital para la empresa, porque es lo que esperan que la empresa rente en Bolsa en un futuro. El sector europeo ha dado una rentabilidad anual del 6.9% anual en los últimos veinte años. Esta sería una buena referencia de rentabilidad esperada para el futuro. Cada una de las operaciones nombradas anteriormente, tanto de recompra de acciones como ampliaciones de capital, han generado un coste de capital de los accionistas mayor o menor que el 6.9% en el capital comprometido.
El efectivo que una empresa dedica a la recompra de acciones tendrá un coste de capital equivalente a la rentabilidad que los accionistas esperan que genere la empresa, como consecuencia de la diferencia entre el valor que el equipo directivo piensa que podrían alcanzar esas acciones y el precio de compra de las acciones.
El coste de capital de los accionistas en una ampliación de capital se calcula de la misma manera. Es la revalorización que se espera que tenga el precio de las nuevas acciones, partiendo de un precio de suscripción de las acciones de nueva emisión. Cuanto mayor sea el descuento implícito en la ampliación, mayor será el coste del capital de los accionistas, ya que los accionistas están pidiendo una mayor rentabilidad con ese descuento.
La financiación de recompra de acciones con deuda no alteraría el coste del capital de los accionistas. Simplemente, limitaría la flexibilidad de la compañía a reaccionar a un cambio de su ciclo inversor, por un mayor endeudamiento. En el caso de lanzar un programa de recompra de acciones seguido de un plan de desinversiones, como fue el caso de Enel, y ahora RWE, ambas empresas querrían demostrar que el buen precio al que se vendieron los activos puede ser un referente para activos que no se han vendido y que el plan de recompra de acciones tenga como objetivo reflejar esa diferencia de valor.
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios