Las subvenciones que la Unión Europea (UE) otorga a los conductores de vehículos de empresa que utilizan coches de gasolina y diésel cuestan 42.000 millones al año a los contribuyentes europeos, según revela un estudio que la Federación de Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) que ha encargado a ERM y que ha publicado este lunes.
Según el informe, los subsidios a los combustibles fósiles en Italia, Alemania, Francia y Polonia son muy elevados. Esto se debe principalmente a significativas exenciones fiscales sobre las prestaciones en especie (BiK, por sus siglas en inglés) para los conductores de coches de empresa que utilizan gasolina y diésel.
Este beneficio fiscal favorece desproporcionadamente a los consumidores más acomodados, ya que los conductores de coches de empresa ganan casi el doble que el consumidor europeo promedio.
Asimismo, el informe señala que tanto el Reino Unido como España tienen un sistema fiscal más equitativo, con tasas más altas de prestaciones en especie (BiK), que contrarrestan las exenciones fiscales por amortización y la deducción del IVA para vehículos de gasolina y diésel.
En el caso específico del Reino Unido, tiene una tasa BiK alta para coches contaminantes y una baja para vehículos eléctricos de batería, lo que se traduce en un bajo subsidio a los combustibles fósiles y una alta adopción de vehículos eléctricos corporativos, alcanzando un 21,5% en el primer semestre de 2024.
España, de su lado, tiene una tasa BiK relativamente alta, pero no logra incentivar a las empresas a optar por coches eléctricos, lo que resulta en una baja adopción de vehículos eléctricos en las compañías (3,7%).
Los subsidios y la combustión
Por otro lado, el estudio indica que, al observar los coches de gasolina más vendidos por segmento, los conductores de vehículos de empresa reciben, en comparación con un comprador particular, un beneficio fiscal anual promedio de 6.800 euros.
Este beneficio puede llegar hasta los 21.600 euros para los vehículos altamente contaminantes del segmento E, en su mayoría SUV (vehículos deportivos utilitarios). Cuanto más CO2 emite el coche, mayor es el subsidio a los combustibles fósiles que recibe, destaca el informe.
Los SUV suelen tener emisiones de CO2 mucho más altas que el coche promedio y, por lo tanto, un mayor impacto climático. Un conductor de un coche de empresa SUV de gasolina recibe hasta 8.900 euros en beneficios fiscales al año, mucho más que los 5.500 euros de un coche promedio del segmento C.
El beneficio total que reciben todos los conductores de coches de empresa SUV (gasolina, diésel e híbridos enchufables) en los cinco países de la UE señalados le cuestan a los contribuyentes 15.000 millones de euros al año, lo que representa el 36% del total de 42.000 millones de euros.
Según T&E, esto explica "por qué las empresas registran el doble de SUVs perjudiciales para el clima en comparación con los hogares privados".
El eléctrico en Reino Unido
Igualmente, T&E destaca que si los beneficios fiscales por poseer un coche de empresa eléctrico son mayores que los de un coche de gasolina, se incentiva a las empresas y empleados a cambiar a un vehículo eléctrico.
"En lugar de otorgar subsidios a coches de empresa que usan combustibles fósiles, los incentivos fiscales deberían priorizarse para vehículos eléctricos", sostiene la organización.
Sin embargo, indica que en Italia, España y Polonia, los coches eléctricos reciben menos beneficios que los coches de combustibles fósiles. Mientras que en Alemania y Francia, los beneficios para un coche de empresa eléctrico son solo marginalmente más altos.
El Reino Unido, de su lado, es el único país donde la diferencia en los beneficios fiscales es lo suficientemente alta como para incentivar a las empresas a optar por un vehículo eléctrico.
Los combustibles fósiles en la UE
El informe también destaca que la Comisión Europea se ha comprometido a eliminar gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles. En un informe reciente, el organismo menciona los beneficios fiscales para los coches de empresa que usan combustibles fósiles como un ejemplo de subsidio perjudicial para el medio ambiente.
Este tipo de subsidio se define como "cualquier acción gubernamental que otorgue una ventaja a los consumidores o productores, con el fin de complementar sus ingresos o reducir sus costos y que provoque un aumento de los impactos negativos sobre el medio ambiente como resultado".
La organización recuerda que el año pasado, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se comprometieron en sus conclusiones del Consejo a "eliminar gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles lo antes posible".
"El candidato a Comisario de Clima, Wopke Hoekstra, así como la presidenta Ursula Von Der Leyen, también han abogado por eliminar los subsidios a los combustibles fósiles", indica el estudio.
"Quien contamina paga"
Por tanto, en sus conclusiones, T&E señala que los beneficios fiscales para los conductores de automóviles de empresa son uno de los mayores subsidios a los combustibles fósiles que existen.
Los principales gobiernos de la UE tienen sistemas fiscales donde el principio de "quien contamina paga" no se aplica, lo que contradice los objetivos del Pacto Verde Europeo. Por lo que "la Comisión Europea necesita intervenir", denuncia la organización.
"Eliminar gradualmente estos subsidios, que benefician a los consumidores más acomodados, es una gran oportunidad para que la nueva Comisión establezca una política climática justa y, al mismo tiempo, impulse la agenda industrial verde de la UE", añade.
Asimismo, sostiene que acelerar la electrificación de los automóviles de empresa creará un mercado líder para la tecnología limpia, aumentará la demanda de vehículos eléctricos y, al mismo tiempo, proporcionará certeza de inversión para sectores industriales clave, como los fabricantes de automóviles, los productores de baterías y el sector energético.
galan
21/10/2024