Política energética

Las verdades a medias de Greenpeace en su informe a favor del cierre de la nuclear y el carbón

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Hace unas semanas, la organización ecologista Greenpeace presentó su informe Único sentido: 2025 sin carbón ni energía nuclear en el que analiza los resultados del informe del Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia Comillas (IIT) Estudio  técnico  de  viabilidad  de  escenarios de  generación  eléctrica  en  el  medio  plazo en España. De dicho estudio extrae una conclusión que no sorprendía al venir de la formación ecologista.

"La  conclusión  del  estudio  del  IIT  no  puede ser  más  esclarecedora:  es  viable  abandonar el carbón y la energía nuclear con garantía de suministro", dice literalmente su informe. Una afirmación que solamente se da con una serie de circunstancias que serían muy complicado que se diesen. 

Los autores del IIT de Comillas, sin embargo, aseguran que no es viable abandonar el carbón y la energía nuclear y mantener la garantía de suministro, a menos que se lleven a cabo importantes inversiones en nueva generación térmica.

El estudio afirma desde un principio, sin tener en cuenta ninguna medida de flexibilidad (estamos a solo 7 años de 2025), que "en todos los casos (en los que, recordamos, aún no se ha considerado el uso de instrumentos de flexibilidad), aparece energía no suministrada, excepto en el que no se retira la energía nuclear y el carbón, la demanda es baja y el porcentaje de renovables es elevado".

¿Esto que significa? Que nos quedaríamos a oscuras sin carbón ni nuclear. Los autores del informe señalan en el estudio que la energía no suministrada se refiere a la generación que no es suficiente para abastecer a la demanda (típicamente en condiciones de baja producción hidráulica y eólica como sucedió este pasado 2017).

Esto sería para 2025, pero en el caso de 2030 sería peor la situación. "Como puede observarse, para un nivel de demanda elevado, ninguno de los casos analizados, ni los de retirada de nucleares y/o carbón, ni aquel en el que se mantiene toda la potencia nuclear y de carbón, son viables", afirman los autores del IIT.

En un escenario de business as usual en el que se ha movido España los últimos años queda claro que no se pueden cerrar las centrales nucleares y de carbón. Pero los autores del informe decidieron ir más allá y dibujaron una serie de escenarios con distintos elementos de flexibilidad.

Estos son:

Según los autores, "en primer lugar, vemos que ni el aumento de las interconexiones, ni el aumento de la capacidad de bombeo, ni la mayor penetración de la energía solar termoeléctrica por sí solas, consiguen hacer viable un sistema sin nuclear ni carbón, incluso para el escenario de menor crecimiento de demanda". Cabe resaltar que dice por sí solas. Pero es que no se ha hecho nada en conjunto, por lo que no sabemos qué sucedería.

Los autores continúan. "Casi ninguna de las soluciones de flexibilidad analizadas por sí solas permiten satisfacer la demanda con la seguridad suficiente en ninguno de los escenarios. Sólo dos alternativas difíciles de movilizar en el horizonte considerado, la carga inteligente del 100% de los vehículos eléctricos (se estiman 500.000 vehículos eléctricos para 2025), o la gestión activa de una demanda de 13 GW (lo que representaría un 24% respecto a la demanda punta del sistema), permitiría viabilizar los escenarios a 2030, para un crecimiento bajo de demanda. Estas dos medidas requieren, en cualquier caso, actuaciones de gran calado y complejidad y, por tanto, la viabilidad que lograrían, potencialmente, debe ser contemplada con precaución".

Es decir, el escenario al que se agarra Greenpeace para querer cerrar nucleares y carbón es técnicamente posible, pero, repetimos "requieren, en cualquier caso, actuaciones de gran calado y complejidad y, por tanto, la viabilidad que lograrían, potencialmente, debe ser contemplada con precaución".

El portavoz de Greenpeace, José Luis García Ortega, afirma a este diario que lo importante es tener en cuenta la cantidad de renovables y la demanda. "Nos sentamos con los autores del informe y ellos nos dijeron que era posible", asegura.

El IIT señala además que sería incluso peligroso para el sistema llevar a cabo esta mes medidas. "Si el sistema fuera capaz de desplazar un 10% de la demanda (hasta 13.000 MW dentro de cada día, lo que supone un porcentaje mayor en términos instantáneos, un 24% de la punta de demanda del sistema), tantos días como resultara necesario, un sistema sin nuclear ni carbón y con una demanda elevada podría alcanzar en 2025 un margen de reserva del 9% (es decir, por debajo del 10% de margen que exigen los criterios de seguridad de Red Eléctrica de España). Sin embargo, como ya se mencionó anteriormente, hay que ser consciente de que habría que desplazar 13.000 MW, frente a, por ejemplo, la demanda interrumpible actual de 3.000 MW, que no se activa ni en este volumen ni con frecuencia y, además, aplicar este desplazamiento sistemáticamente durante varias semanas, lo que da idea del reto que se plantea en el caso de condiciones más extremas   planteadas en este análisis".

La única solución posible para llevar a cabo el cierre nuclear y de las centrales térmicas de carbón es sustituirlas con más plantas de ciclos combinados o de 'gas renovable'. Y eso conllevaría un extracoste. Según los autores del IIT, "este extracoste se sitúa entre un 1% y un 12%, en el caso de la retirada del carbón, y entre un 6 y un 20% adicional en el caso de la retirada de la nuclear”.

Según Greenpeace, el extracoste sería solo de 186 millones de euros. Algo que no menciona el IIT. Se basa la organización ecologista en un escenario distinto con el que compara. Es decir, uno con nuclear y carbón, alta demanda y pocas renovables, frente a uno de muchas renovables y baja demanda.

Sin embargo, el IIT el sobrecoste anual por el cierre de las centrales nucleares y de carbón, en el horizonte 2025, puede estar entre 1.181 y 2.707 millones de euros, según el escenario de demanda y renovables (Greenpeace sólo cita la primera de las cifras).

En el caso de 2030, las cifras se elevarían entre 1.345 millones de euros y 3.444 millones anuales. Comparen.

Pero también hay que tener en cuenta lo que medioambientalmente supone cerrar las nucleares y el carbón. Los autores señalan que "los distintos escenarios también tienen consecuencias a nivel de emisiones de CO2: todos ellos presentan emisiones bajas (muy bajas, incluso, en algún escenario), aunque las menores aparecen en los que suponen la extensión de la vida de las centrales nucleares. Por otra parte, cuando se mantiene el carbón se pierde esta ventaja, y se recuperan las emisiones reducidas con la nuclear. El coste implícito de estas emisiones evitadas con la retirada del carbón se sitúa entre 40 y 56 €/tCO2)".

Es llamativo que el coste de las emisiones evitadas cerrando el carbón es casi diez veces superior al precio de las emisiones en el mercado internacional de derechos de emisión. Todo este extracoste también hay que tenerlo en cuenta.

En definitiva, cerrar las nucleares y el carbón es técnicamente posible, pero no será barato y claramente aumentarán las emisiones. ¿Es lo que queremos? El ministro Nadal dice lo mismo, y por eso no lo quiere.

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Un comentario

  • Manuel Garcia (@TURBOMOTOR2000)

    Manuel Garcia (@TURBOMOTOR2000)

    02/04/2018

    La Naturaleza nos lo da todo y a todos por igual, la energía tambien. Solo tenemos que aprender a recogerlo y sobre todo a compartirlo.

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