La reforma de la Ley de la Energía en Letonia entró en vigor para liberalizar el mercado del gas y reducir la dependencia de la república báltica de Rusia, aunque se esperan pocos cambios para los consumidores.
"El mercado del gas está abierto, ¿notan algún cambio?", escribió un ciudadano letón de forma irónica en una red social.
Letonia, como las otras dos exrepúblicas soviéticas del Báltico -Estonia y Lituania-, ha dependido hasta ahora casi exclusivamente del gaseoducto ruso de Gazprom y la apertura del sector tiene como objetivo ganar autonomía respecto al país vecino, según el Ministerio de Economía.
Alrededor de quince empresas han anunciado que suministrarán gas a empresas y hogares, pero sólo dos compañías con base en Lituania -Lietuvos Duju Tiekimas y Litgas- tiene acceso a las importaciones de gas natural licuado a través del puerto de Klaipeda, con lo que, de hecho, Gazprom seguirá manteniendo una posición dominante.
Una de las empresas suministradoras, Enefit, filial del grupo energético estonio Eesti Energija, ha avanzado ya que no cree que la apertura del mercado vaya a tener un impacto sensible en los precios.
"Los precios del gas en Letonia han estado vinculados hasta ahora a los cambios en los precios globales de la energía, por lo que no se puede esperar que los consumidores vean grandes variaciones. El cambio más importante es la libertad de elección y la posibilidad de acordar modelos de precios", señaló en su página de Facebook el director de Enefit, Janis Behters
Los consumidores que no elijan uno de los nuevos suministradores seguirán comprando a Latvijas Gaze, el importador de gas ruso propiedad en parte de Gazprom, aunque sujetos a la regulación de precios de las autoridades letonas.
Los cambios legales implican también que el transporte, almacenaje y distribución a los suministradores debe realizarse a través de compañías distintas de Latvijas Gaze.
Esta empresa creó el año pasado Conexus Baltic Grid (Conexus) para gestionar el transporte a través de sus gaseoductos y el almacenaje en las grandes instalaciones subterráneas de Incukalns, pero suscitó la polémica ante la posibilidad de que suba sus tarifas al enviar gas licuado desde Letonia a los consumidores de la vecina Estonia.
Conexus tiene los mismos propietarios que Latvijas Gaze, con la rusa Gazprom como principal accionista (34,1 %).
En la empresa participan también el fondo europeo de inversión Marguerite Fund (29,1 %), la alemana Uniper Ruhrgas International (18,3 %), la letona Itera Latvija (16 %) y pequeños accionistas que controlan el 2,5 %.
En aplicación de la ley aprobada el año pasado, y dado que los propietarios de Conexus son los mismos que los de Latvijas Gas, los grandes accionistas, excepto Marguerite Fund, tendrán que desinvertir en la empresa a lo largo de este ejercicio.
Conexus es la propietaria de la red de gaseoductos de Letonia y de la instalación de almacenamiento subterráneo de Incukalns.
La red incluye 1.191 kilómetros de tuberías que cubren todo el país y está conectada a redes locales a través de cuarenta subestaciones de gas natural, mientras que Incukalns puede almacenar hasta 2.300 millones de metros cúbicos de gas, suficiente, según Conexus, para cubrir las necesidades de gas natural de toda la región báltica.
La apertura del mercado del gas es considerada parte central de controvertidas leyes aprobadas en las últimas semanas en Letonia con las que diversos sectores han sido declarados "de interés estratégico", con lo que cualquier cambio relevante en los accionariados quedan sujetos a la aprobación o el veto del gobierno.
Durante los debates en el Parlamento, la Saeima, varios diputados advirtieron de que los cambios en la Ley de Seguridad Nacional y en el derecho comercial estaban dirigidos al sector del gas, pero también afectarían a los grandes operadores de telecomunicaciones y a los medios de comunicación.
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