La Asociación en Defensa de la Marina de Llucmajor-Cap Blanc ha pedido al Govern de Baleares que facilite la interconexión con el sistema eléctrico peninsular y cancele la tramitación de un "megaproyecto" fotovoltaico que consideran que convertiría la zona un "basurero industrial".
La presidenta de la entidad, María Antonia Compay, ha denunciado que la construcción de esta instalación supondría colocar "750.000 metros cuadrados de espejos de cristal, que equivalen a 170 campos de fútbol", ha informado la asociación en un comunicado.
Ha advertido de que supondría además "la construcción de varias estaciones de transformación y 110 torres de cuarenta metros de altura con cableado de alta tensión, tan altas como la Seo, lo que supone convertir la Marina de Llucmajor en el mayor basurero industrial del Mediterráneo Occidental".
La Asociación ha acusado al Govern de "locura y empecinamiento" para sacar adelante un proyecto que colocaría a Baleares en el punto de mira de Europa por "atentar contra el territorio".
La presidenta de la entidad ha recordado que los propietarios de las fincas de Santa Sirga y Son Crespí se oponen a la construcción del "megaparque" y "no sólo destruyen el medio, el territorio y el paisaje, sino porque acumula en una o dos manos los centros de producción de energía, regándolos adicionalmente de subvenciones y primas".
Company considera que "no es necesario sacrificar más territorio virgen e intacto para la construcción de otro polígono industrial". "Tenemos los ejemplos de los Cabildos Insulares de Lanzarote y Fuerteventura: Ellos se han opuesto, con éxito, al proyecto de instalación de un número indeterminado de torres de alta tensión preservando de esta manera su frágil territorio insular", ha añadido.
El colectivo culpa al Govern presidido por Francina Armengol de promover "la destrucción de Sa Marina de Llucmajor, de su riqueza etnológica, agrícola y paisajística al querer convertirla en el mayor basurero industrial del mediterráneo occidental".
También ha pedido al Govern balear que "no haga oídos sordos" al Consell de Mallorca y al Ayuntamiento de Llucmajor en su oposición al proyecto y cancele su tramitación.
"Los ciudadanos son conscientes de la necesidad de reducir las emisiones de CO2, pero eso no implica que se puedan plantear proyectos tan invasivos como éste y comparar su impacto con el que tienen los molinos tradicionales del Pla de Sant Jordi, como hizo el exdirector general de Energía y Cambio Climático, Joan Groizard", ha criticado Company.
Sobre el compromiso de los acuerdos de París contra el cambio climático de obtener el cien por cien de la energía de fuentes renovables en 2050, la Asociación de Defensa de la Marina de Llucmajor-Cap Blanc cree que para alcanzar este objetivo es necesario considerar las alternativas ya existentes que no implican la destrucción del paisaje.






Ignacio Garcia Belenguer
08/01/2019