El mercado de derechos de CO2 se está convirtiendo en una especie de territorio idóneo para la especulación. Los fondos de todas partes del mundo hacen el agosto comprando y vendiendo derechos bajo las reglas del mercado, pero el encarecimiento del precio consigue, además de hacer inviables centrales térmicas de carbón, que la industria europea se desangre y pierda competitividad frente al resto del mundo.
Estos días atrás el precio del CO2 ha marcado récords acercándose ya a los 43 euros por tonelada. Hace un año, el precio era de tan solo 16 euros por tonelada. Es cierto que ya estaba medio planeta confinado y con los precios de todos los mercados a la baja, pero mientras las economías no arrancan del todo o regresan a su ser, sobre todo en Europa, con continuas olas de contagios, el precio del carbono solo ha hecho más que incrementarse.
En los últimos días, ante esta maniobra especulativa en el mercado de CO2, existe cierta preocupación en el seno de la Unión Europea sobre qué poder hacer ante esta grave situación.
"Si bien tanto algunas empresas, lobbys o gobiernos han realizado comentarios, no se esperan cambios en el corto y medio plazo. Varios oficiales de la Comisión Europea se han pronunciado al respecto. Sí abogan porque se pueda poner coto a ciertas actividades puramente especulativas, pero no se contempla a día de hoy una intervención en los precios. Además actualmente nos encontramos en los comienzos de la cuarta fase de este mercado europeo y las nuevas reglas más restrictivas empiezan a entrar en juego", señala a este diario Ignacio Belenguer, Corporate Trader de Vertis Environmental Finance.
Existen dudas sobre qué hacer. Algunos países como Suecia, Dinamarca e Italia han planteado a la comisión no dar un paso atrás y continuar con ajustes más ambiciosos en diferentes aspectos relativos al mercado europeo de emisiones, en línea con los nuevos objetivos climáticos del bloque.
Pero ¿qué dicen las reglas del mercado de derechos de emisiones?
Existe un vehículo que es la Reserva de Estabilidad de Mercado, un mecanismo establecido para la regulación de los precios. Según la normativa, la directiva actualmente establece que el análisis de la situación se abre cuando el precio está durante 6 meses por encima del triple de la media en dos años anteriores. Pero esta situación no se ha dado, ni parece que se vaya a dar a no ser que se vaya por encima de 60 euros por tonelada.
Aún así, "en mayo se lleva a cabo un análisis de la situación relativa a las emisiones y los derechos de emisión en circulación. Se valora y se decide si se inyectan o retiran títulos del mercado. Es un ejemplo similar a cuando el BCE decide “imprimir más billetes” y/o modificar su política monetaria para actuar sobre la inflación en relación al Euro, pero aplicado, con sus particularidades, a la política medioambiental de la Unión".
Pero, de momento, nada, todo se mantiene igual. Ahora el debate en Bruselas está en la creación de un impuesto al CO2 en frontera para así tratar de ayudar a la herida industria europea.
"El debate ahora mismo en Bruselas esta focalizado en la configuración de un nuevo impuesto al carbono en frontera (CBAM). En los corrillos de comisionados sí se habla del incremento del nivel de precios y de cómo puede afectar a nuestras industrias a las que debemos proteger y cuidar, pero el objetivo está claro. Europa es y será garante de la descarbonización del continente", explica Belenguer.
"Los objetivos climáticos y la transición ecológica es de las pocas cosas que genera un consenso amplio y fuerte entre los estados miembros. Si bien si deberia valorarse como lograrlo de la mano de nuestras industrias de la mejor forma posible, a la vieja Europa no le temblará el pulso a la hora de ser, de nuevo en la historia de la humanidad, faro de luz en el camino de la que debe ser nuestra renovada relación con el planeta", sentencia el experto en mercados de Vertis.
Dabama
20/03/2021