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Los países del G7, los verdaderos amigos de los combustibles fósiles: los subvencionaron con 90.000 millones en 2017

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Un nuevo informe revela que las naciones del G7 (Estados Unidos, Francia, Alemania, Canadá, Italia, Japón y Reino Unido) siguen gastando casi 90.000 millones en ayudas a los combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo) a pesar de que están obligados a que desaparezcan totalmente en 2025. A tan solo siete años, no se aprecia un cambio de rumbo, un dato que sorprende aún más porque cada año desde 2009 han ido reiterando su compromiso de eliminar estos subsidios ineficientes.

A pesar de las promesas, los gobiernos del G7 proporcionaron más de 64.000 millones de euros en apoyo fiscal y más de 16.000 millones en financiación pública para combustibles fósiles en 2015 y 2016, según el informe. El 64% del apoyo se destinó para transporte, hogares, industria y otros sectores.

Al menos eso es lo que se destaca del informe "G7 fossil fuel subsidy scorecard" realizado por la organización británica Overseas Development Institute (ODI) en colaboración con Oil Change International (OCI), el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD) y el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC).

Y mientras las decisiones políticas siguen sosteniendo el consumo de combustibles fósiles, algunos de los mayores inversores del mundo han pedido a los líderes mundiales que amplíen sus ambiciones en la lucha contra el cambio climático, aumentando la inversión en el cambio hacia una economía baja en carbono y ayudando a las empresas a reducir sus riesgos climáticos.

Unos 288 inversores con más de 26 billones de dólares en activos han escrito a los líderes de las naciones del G7 para que "el cambio global hacia la energía limpia, aunque ya en marcha, sea mucho más evidente por parte de los gobiernos". Entre ese grupo de grandes fortunas se encuentran Allianz Global Investors, Aviva Investors, DWS, HSBC Global Asset Management, Nomura Asset Management, Australian Super y Calpers, y les echan en cara que por su parte están realizando importantes inversiones en activos de baja emisión de carbono, incorporando en sus estrategias de futuro escenarios de cambio climático y la gestión del riesgo climático en sus procesos de inversión y la participación de los mayores emisores de gases de efecto invernadero.

No andan desencaminados. El informe hace una llamada de atención a los países del mundo con mayor peso político, económico y militar (a excepción de China y Rusia) para que hagan mucho más en acelerar la transición hacia la descarbonización y mejoren la resiliencia de la economía, la sociedad y el sistema financiero frente a las consecuencias del calentamiento global.

Con los siete por primera vez se ha rastreado el progreso de cada país en la eliminación gradual de las ayudas utilizando siete indicadores y en el ranking, Estados Unidos se sitúa como el peor delincuente fósil del G7, con más de 22.000 millones en subvenciones, debido a su apoyo continuo a la exploración y producción de petróleo y carbón. Bajo la presidencia de Trump, se han dado marcha atrás a las promesas previas de poner fin al apoyo a los combustibles fósiles. La investigación explica la pobre actuación de EEUU en el ranking.

Le sigue Alemania (15.000 millones), Italia (14.000 millones) y Japón (10.000 millones). Reino Unido está muy cerca con más de 9.000 millones, Francia gasta 6.800 millones y Canadá 3.400 millones. Francia es el país europeo que tiene mejor puntuación debido a su compromiso de detener la extracción de carbón y de terminar con el apoyo a la exploración de combustibles fósiles.

Según el informe, Francia se ha comprometido a reducir la brecha fiscal entre el diésel y la gasolina para el año 2021 (consagrado en la legislación nacional). A pesar de esta eliminación progresiva, el gobierno francés se ha comprometido recientemente a financiar nuevas exploraciones de combustibles fósiles en el extranjero (por ejemplo, en 2017 en Mozambique).

Alemania, por su parte, continúa destinando importantes partidas públicas para las energías basadas en combustibles fósiles (para el consumo doméstico pero también en el extranjero) y proporciona apoyo fiscal continuo para el uso de diesel en el transporte.

En el caso de Italia, el país tiene importantes medidas de apoyo fiscal al sector del transporte, la gran mayoría de los cuales se destina al uso de combustible diesel, y por último Reino Unido, según el informe, tiene "una transparencia extremadamente pobre": no publica informes específicos sobre el apoyo fiscal a los combustibles fósiles, ni ha participado en un proceso de revisión por pares bajo el G20, aunque el gobierno niega que proporciona ninguna subvención a estos combustibles.

En Bruselas, un grupo de expertos financieros seleccionados por la Comisión Europea han pedido que se suspendan todos los fondos públicos para las industrias de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. "Los países del G7 continúan subvencionando al petróleo, al gas y al carbón, alimentando el cambio climático peligroso con el dinero de los contribuyentes", ha dicho Shelagh Whitley, jefa del Programa de Energía y Clima en ODI.

En 2015 el G20 creó el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima (TCFD) bajo la presidencia de Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York y ya en sus primeras conclusiones (en junio de 2017) recomendaron a los inversores que estudiaran mejor su exposición financiera al riesgo climático y ayudara a la divulgación de esta problemática de forma clara y consistente. Pero si realmente se siguieran los consejos de los expertos, se desviarían billones de dólares de los combustibles fósiles a activos de tecnología limpia como las renovables, ya que los inversores retiran su dinero de las industrias contaminantes buscando la seguridad a largo plazo de las energías verdes.

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