El aumento del 54 % de los precios de la energía en el Reino Unido entra este viernes en vigor, lo que supone la peor crisis del coste de vida en 50 años, según los expertos.
Millones de hogares empiezan a sentir desde hoy el impacto de este fuerte incremento en los precios del gas y la electricidad, que coloca el promedio anual de la factura energética en unas 1.971 libras (2.325 euros), pero los analistas estiman que los precios pueden volver a subir a partir del próximo octubre.
El Gobierno ya ha anunciado ayudas para que los hogares con recursos bajos puedan hacer frente a esta situación, pero los expertos puntualizan que los salarios no se ven incrementados al mismo ritmo que el alza de los precios.
El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, ha indicado que el país afronta el impacto más fuerte por los precios energéticos desde los pasados años setenta.
El ascenso, que se suma a las alzas en los precios de la canasta familiar y otros, responde a la guerra de Ucrania y a la reactivación de la economía global tras levantarse las restricciones por la pandemia de la covid-19, según los expertos.
El Gobierno ha facilitado una reducción de las facturas energéticas para algunos sectores y también recortes en el impuesto municipal, cuyo coste varía según distintos barrios.
"Sé que es duro para la gente. Estamos afrontando una situación muy difícil con el alza del precio de las cosas y quiero hacer lo que podamos para aliviar algo", señaló a la BBC el ministro británico de Economía, Rishi Sunak.
En las últimas semanas, los precios del petróleo han registrado un importante aumento a raíz del conflicto armado en Ucrania, y actualmente cotiza en torno a los 107 dólares el barril.
La semana pasada, la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, en inglés) informó de que el índice de precios al consumo (IPC) del Reino Unido se situó en febrero en el 6,2 %, frente al 5,5 % del mes anterior, lo que supone la tasa más elevada en 30 años.
Asimismo, el Banco de Inglaterra subió este mes desde el 0,5 % al 0,7 % los tipos de interés en el Reino Unido, el tercer incremento consecutivo que acomete la entidad para contener la inflación.
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