El transporte marítimo depende de los combustibles fósiles, y cuando llega a los puertos sigue necesitándolos. Además, estas infraestructuras también necesitan un elevado suministro de energía, lo que hace que se concentren altos niveles de contaminación que podrían reducirse con el uso de tecnologías renovables.
Conseguir ser autosuficientes y además que esa energía sea limpia es el objetivo del proyecto PORTOS, Ports Towards Energy Self-Sufficiency, que nació en abril pasado de la mano de dieciocho centros de investigación y universidades de los países europeos bañados por el océano Atlántico y que se reunieron la semana pasada en Mieres, Asturias, para buscar soluciones a los puertos de la costa Cantábrica.
"La alternativa es desarrollar eólica marina cerca de los puertos", explica a este diario Paco Ramos, ingeniero técnico industrial y experto de Ecologistas en Acción en contaminación industrial en Asturias, "hay que buscar un buen sistema de abastecimiento de energía, no solo para los barcos cuando lleguen al puerto, sino para todas las necesidades que existen como el mantenimiento, alumbrado, edificios, climatización, puntos de suministro a terceros, etc., pero todavía queda mucho camino por hacer. Por el momento, habría que hacer un estudio sobre las necesidades energéticas de cada uno de ellos".
Todos los participantes del proyecto PORTOS coinciden que para suministra energía a los puertos, las tecnologías marinas son una alternativa prometedora (viento, mareas, oleaje, irradiación solar y corrientes), pero falta diseñar la hoja de ruta y conocer cuáles son las alternativas para cada uno de ellos.
La idea no es solo atender las demandas energéticas de los puertos sino también de las industrias cercanas, como es el caso de los astilleros, o en el futuro las de los barcos eléctricos, desde grandes buques de mercancías a pequeñas embarcaciones de recreo. "La idea es que un barco pueda llegar al puerto, se pueda enganchar a una toma de electricidad, que ésta provenga de fuentes renovables y que se haya autogenerado en la zona".
"Por ejemplo, el problema es que la eólica flotante, que es la única que se puede instalar en el Cantábrico, aún está poco desarrollada, y si nos fijamos en la energía de las olas o de las mareas es todavía más complicado, porque son tecnologías no solo inmaduras sino también muy costosas".
La financiación es otro de los puntos calientes, porque nadie quiere asumir el coste de desarrollar esos proyectos. "Por un lado las Autoridades Portuarias dicen que no es su negocio invertir en energías renovables y la industria del sector dice que trabaja bajo encargo y bajo pago, así que todo lo que se pueda hacer en este sentido queda en manos de la administración o de los centros de investigación".
Deja tu comentario
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Todos los campos son obligatorios