La creciente presencia de tecnología china en infraestructuras críticas europeas, incluidos los sistemas de energía solar, ha encendido las alarmas en materia de ciberseguridad. Un informe emitido por la Agencia Nacional de Ciberseguridad e Información de la República Checa (NÚKIB) advierte de un “alto riesgo” asociado al uso de equipos y servicios controlados desde China, incluidos los seguidores solares que dominan gran parte del mercado fotovoltaico.
Según el documento, el riesgo no radica solo en la dependencia tecnológica, sino en la transferencia de datos sensibles y en la posibilidad de administración remota de activos técnicos desde territorio chino o sus Regiones Administrativas Especiales, como Hong Kong y Macao. Estas prácticas, asegura la agencia, abren la puerta a ciberespionaje, manipulación y pérdida de control sobre infraestructuras esenciales.
El documento subraya que la legislación china obliga a empresas y ciudadanos a colaborar con los servicios de inteligencia de Pekín. Normas como la Ley de Seguridad Nacional (2015) o la Ley de Inteligencia Nacional (2017) permiten al Estado acceder sin restricciones a datos corporativos y personales, incluso cuando provienen de clientes extranjeros. “El marco legal de la República Popular China concede al gobierno poderes amplísimos para intervenir en compañías privadas y forzar la entrega de información”, señala el informe.
Advertencias
En el mes de mayo, autoridades de los Estados Unidos notificaron un hallazgo alarmante que amplifica las preocupaciones sobre la seguridad de los equipos solares de origen chino. Descubrieron dispositivos de comunicación no autorizados e indocumentados ocultos dentro de inversores solares y baterías fabricados en China.
Estos componentes, que no aparecían en la documentación oficial, fueron señalados de "proporcionar canales adicionales que podrían eludir cortafuegos y permitir accesos remotos no controlados, con el potencial de desestabilizar redes eléctricas, causar apagones masivos o incluso sabotaje intencional". Marcas destacadas como Huawei, Sungrow y Ginlong Solis se situaron bajo la lupa en esta investigación.
Además, el European Solar Manufacturing Council (ESMC) calificó el hallazgo de “muy preocupante” y urgió a la Unión Europea a desplegar una “toolbox” de seguridad para auditar fabricantes, validar hardware y firmware y exigir un listado completo de componentes (SBOM) para todos los inversores.
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