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México acaba de cambiar por completo su sector energético, permitiendo la participación del sector privado en hidrocarburos y electricidad[1].  Es el comienzo del final de los monopolios estatales de PEMEX (hidrocarburos) y CFE (electricidad).  No obstante, los detalles no están definidos; PEMEX y CFE intentarán mantener sus dominios.  Es un momento de drama, riesgos y oportunidades.

Hidrocarburos

El Gobierno quiere incrementar la producción de hidrocarburos.  El Estado mantiene la propiedad y el control sobre el petróleo y el gas natural, pero permite la participación privada en la exploración y extracción y en todo el resto de la cadena.

La legislación permite la ocupación temporal de terrenos para la exploración y producción. Para conseguir apoyo social, ofrece un porcentaje de los ingresos a los dueños de las tierras. Las negociaciones con los ejidos (propiedades rurales de uso colectivo, con una presencia importante en zonas de hidrocarburos) puede resultar difícil y demorar la exploración y la explotación.

En la ronda cero el Gobierno decidirá (en septiembre) con qué campos se queda PEMEX y cuáles se abrirán al sector privado en futuras rondas. PEMEX ha pedido 83% de los áreas con reservas probadas o probables; la expectativa es que se quede con menos. PEMEX tiene experiencia en la producción de crudos pesados en zonas marinas de menos de 500 metros.  El gobiernoquiere atraer otras compañías para las aguas más profundas, el gas y petróleo de lutitas, y los campos maduros.  Las dificultades surgirán cuando PEMEX quiera liderar en campos donde el gobierno no lo quiera.

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¿Quiénes son los potenciales inversores? El gobierno ha hecho referencia al campo Great-White, operado por Shell, Chevron y BP en los EEUU, cercana al área en la que Pemex está realizando actividades exploratorias en aguas profundas. Otros candidatos en aguas profundas incluyen Exxon, Chevron, Hess y Anadarko.  En energías lutitas, compañías con experiencia en los EEUU incluyen a EOG Resources, Chesapeake and ConocoPhillips.  Habrá oportunidades también para empresas de servicio, como Haliburton, Schlumberger and Baker-Hughes, y de transporte de gas y petróleo.

Hay interés de empresas canadienses, sobre todo con el transporte y los equipos, tecnologías y servicios relacionados con crudos pesados y con gas.  En particular,  TransCanada ha ganado varios proyectos para construir gasoductos en México, lo que lo pone en un buen lugar para optar a futuros proyectos.

Electricidad

El gobierno deja en manos de CFE todas sus centrales de generación (66% del parque nacional) y las redes de transporte y distribución.

En la generación, una reforma anterior permitió la participación privada y limitada, destacando la producción independiente, el autoabastecimiento y la cogeneración.  En principio, la nueva reforma dará igualdad de condiciones a CFE y otros.

Para apoyar la competencia, la legislación introduce la separación entre las actividades de CFE (transporte, generación, distribución) y crea un operador de sistema independiente y un mercado mayorista. La experiencia sugiere que esto no va a ser suficiente para garantizar la igualdad de condiciones entre CFE y sus competidores en la generación y la comercialización.

Otros elementos de la reforma eléctrica incluyen el uso de energías limpias, la eficiencia energética y el fortalecimiento del regulador.

¿Dónde están las oportunidades para el sector privado en la electricidad? Entre otras, en el desarrollo de nueva capacidad de generación (tanto convencional como de energías renovables) y sistemas para promover la eficiencia energética. Hay también oportunidades en nuevas redes de transporte y distribución.  Varias compañías, entre otras Iberdrola, Siemens y Gamesa han anunciado sus intenciones de invertir en estas áreas.

El sector energético en México ha cambiado para siempre, creando grandes oportunidades. Pero, el diablo está en los detalles y queda mucho por decidir, sobre todo para aclarar la posición de PEMEX y CFE, las condiciones de los nuevos entrantes y la efectividad de la competencia.

[1] La reforma constitucional del sector energético en diciembre de 2013 permitió la participación en el sector energético a empresas privadas. Para implementar el cambio constitucional, el 6 de agosto de 2014, el congreso pasó la legislación secundaria.

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