Rusia y Turquía han firmado el acuerdo de construcción del gasoducto Turkish Stream, concebido para suministrar gas ruso al sur de Europa a través del mar Negro y del territorio turco, evitando así el tránsito a través de Ucrania.
El documento fue firmado en presencia de los presidentes de los dos países, el ruso Vladímir Putin, y el turco Recep Tayyip Erdogan, que participaron en el Congreso Mundial de la Energía que se inauguró en Estambul.
"Hemos firmado el acuerdo del Turkish Stream. Habrá una reducción del precio del gas natural (para Turquía). Avanzamos hacia el objetivo del presidente turco de hacer de Turquía un centro de operaciones de energía", explicó Putin en una intervención conjunta con su homólogo turco.
Erdogan indicó que las relaciones entre los dos países se están normalizando "a toda velocidad", después de la crisis diplomática abierta en noviembre de 2015 cuando un caza turco derribó dos aviones de combate rusos sobre la frontera entre Siria y Turquía.
Entre las medidas y sanciones tomadas entonces por Moscú se incluyó la cancelación de las negociaciones sobre el gasoducto.
Incluso antes de ese conflicto, los contactos se habían complicado después de que Ankara exigiera a Moscú un descuento en el precio del gas antes de firmar el acuerdo.
Este nuevo proyecto de gasoducto debe reemplazar al South Stream, al que el consorcio ruso Gazprom renunció ante la oposición de la Unión Europea al proyecto.
Antes de la crisis entre los dos países, el proyecto contaba con que la infraestructura estuviera operativa en 2019.
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