Ningún comentario La consejera del Consejo de Seguridad Nuclear, Cristina Narbona, considera que este organismo no debería imponerse plazos para informar sobre la prórroga de la central nuclear de Garoña (Burgos).
A su juicio, el CSN no debería pronunciarse sobre esa reapertura hasta que no estén suficientemente debatidas y explicadas las implicaciones técnicas y jurídicas que supone esa reapertura.
Según Narbona, el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear y la opinión pública deben conocer antes esas implicaciones y las mejoras que en materia de seguridad nuclear y radiológica se tendrían que introducir en un reactor nuclear cuya vida útil se quiere prolongar hasta los 60 años.
“Se trata de prolongar la vida de un reactor nuclear hasta los sesenta años y de conceder una renovación de más de diez años
Ha insistido además en que no existe un plazo legal o técnico para que el CSN emita un informe preceptivo sobre esa reapertura, y ha recordado que la central de Garoña está cerrada desde hace más de tres años "y no se ha comprometido en ningún momento la garantía de abastecimiento de electricidad".
La exministra de Medio Ambiente ha expresado en un voto particular su discrepancia con la decisión del pleno del Consejo de Seguridad Nuclear, que el pasado día 3 acordó que remitirá al Ministerio de Industria, en la segunda mitad de 2016, un informe sobre la renovación de la licencia de explotación de la central de Garoña (Burgos).
Si ese informe es negativo, obliga al cierre definitivo de la planta; si es positivo, corresponde al Gobierno la decisión política de prorrogar la vida útil de esta planta, que dejó de operar en diciembre de 2012.
Para la consejera Cristina Narbona -propuesta por el PSOE- no se debería fijar al CSN un plazo para presentar ese informe hasta que no estén suficientemente explicadas las implicaciones técnicas y jurídicas y las mejoras que en materia de seguridad nuclear se estarían introduciendo.
Advierte Narbona en ese voto, al que ha tenido acceso EFE, que se trata de prolongar la vida de un reactor nuclear hasta los sesenta años y de conceder una renovación de más de diez años.
Según la consejera, no se debería emitir ese informe del CSN hasta que no se hayan concluido todas las mejoras técnicas que permitan a Nuclenor -propietario de la central- cargar el combustible nuclear.
Recuerda en su voto particular la consejera que la orden ministerial que decretó el cierre de la planta está plenamente vigente y que esa orden obliga al CSN a proseguir con las labores de cierre definitivo de la instalación.
A su juicio, esa orden obliga al Consejo de Seguridad Nuclear a trabajar en el cierre de la central, y sin embargo está "en paralelo, evaluando una inédita solicitud de renovación de su autorización de explotación".
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