A medida que los parques eólicos marinos se vuelven más populares, la demanda de cables de corriente continua de alta tensión va en aumento. Existe la necesidad de rutas de cables submarinos más largos y confiables para conectar estos recursos a la red.
Actualmente hay una congestión en el mercado de este tipo de componentes, sobre todo en los países más avanzados en el desarrollo de la eólica 'offshore', como Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda y Polonia. "Los proveedores de cables de alta tensión están dando plazos de entrega a los solicitantes del orden de las 40-50 semanas, casi un año. Luego hay que instalar el cable, conectarlo..." declaran fuentes del sector a este medio, las cuales temen que esta congestión repercuta fuertemente en los costes.
Hay tres compañías europeas que controlan el 80% del mercado mundial de cables de alta tensión submarinos (excluyendo a China): la francesa Nexans, la danesa NKT y la italiana Prysmian. Los fabricantes de estos cables están invirtiendo en nuevas instalaciones de producción para satisfacer esta creciente demanda y también están desarrollando nuevas tecnologías para aumentar la eficiencia.
Los principales expertos creen que la demanda de cables submarinos despegará aún más en los próximos años, a medida que más y más proyectos se adentren en aguas cada vez más profundas.
"En Europa hay otros mercados que se están desarrollando a la vez y los proveedores de cable actúan a nivel mundial, por tanto esto también afecta al desarrollo de proyectos en EEUU, Australia, Corea, Taiwán, Japón…" detalla Tomás Romagosa, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
Situación de España
Este problema, por el momento, no afecta en grandes dimensiones a España ya que todavía no se ha llevado a cabo la aprobación de la normativa para que se puedan convocar las subastas de eólica marina. Hasta que los proyectos estén en desarrollo, pasarán 4 años, es decir, lo más probable es que hasta 2027-2028 no se empiece la construcción de los parques para que estén terminados en 2029-2030.
"Estamos hablando de que en España necesitaremos que los cables estén para 2027-2028, hay tiempo suficiente para que esos suministros pudieran llegar a tiempo" explica el director técnico de AEE.
Sin embargo, Romagosa advierte de que "tardar mucho en desarrollar el mercado nacional va a suponer que otros mercados nos adelanten y los fabricantes van a atender antes a esos proyectos que a los nuestros".
Un cable submarino de alta tensión puede pesar hasta 150 kg por metro y tener un diámetro de 30 cm. Está constituido por distintos componentes, superpuestos o entrelazados entre sí: aluminio, cobre, acero, fibra óptica, plomo y diversos materiales aislantes y de protección.
En muchas aplicaciones, las compañías productoras de cable y sus asociados deben de disponer de barcos y equipo muy especializado para poder instalar los cables en el fondo marino. Estas naves están relativamente robotizadas y van implantando progresivamente el cable a una velocidad de 10 km por hora y una profundidad de hasta 3.000 metros. Un buque instalador de 10.000 toneladas puede suponer una inversión cercana a los 200 millones de euros.
Abrahám Marchan
04/04/2023