Dos docenas de las empresas más grandes y ricas del mundo, a pesar de proclamarse campeonas de la acción por el clima, ocultan su inacción climática tras la hoja de parra de unos planes "cero neto" que suenan a ecologismo, según concluye la edición 2023 del Monitor Empresarial de Responsabilidad Climática. Por ello, los gobiernos deben dejar de titubear y regular con firmeza las afirmaciones ecológicas que pueden hacer las empresas.
Las 24 grandes empresas evaluadas en la edición de este año del Monitor Empresarial de Responsabilidad Climática (CCRM) -una iniciativa conjunta del NewClimate Institute y Carbon Market Watch- no sólo figuran entre las más grandes del mundo, sino que también afirman ser líderes climáticos por su asociación con la campaña Race to Zero, respaldada por la ONU.
Con unos ingresos combinados de más de 3 billones de euros y responsables de alrededor del 4% de las emisiones mundiales, las empresas incluidas proceden de una amplia variedad de países y se dividen en siete sectores principales: automoción, moda al por menor, supermercados, alimentación y agricultura, tecnología y electrónica, transporte marítimo y aviación, así como acero y cemento.
Mucha promesa, pero...
A pesar de sus promesas de cero emisiones netas y de su liderazgo climático, la inmensa mayoría de estas empresas no están cumpliendo lo prometido. De hecho, las principales deficiencias de los objetivos y planes climáticos de las empresas son en gran medida similares a las identificadas en la edición del año pasado del CCRM.
"En un momento en el que las empresas tienen que ser transparentes sobre su impacto climático y reducir su huella de carbono, muchas se aprovechan de promesas vagas y engañosas de 'cero emisiones netas' para dar un lavado verde a su marca y seguir con su actividad habitual", afirma Sabine Frank, directora ejecutiva de Carbon Market Watch. "Hay que poner fin a esta peligrosa dilación. Dado que las multinacionales tienen tanto un impacto desmesurado sobre el planeta como los medios para reducir su huella de carbono, deben tomar medidas reales para limpiar sus actos y no sólo su imagen reduciendo drásticamente sus emisiones."
"En esta década crítica para la acción climática, los planes actuales de las empresas no reflejan la urgencia necesaria para reducir las emisiones", afirma Thomas Day, coautor del informe. "Los reguladores, las iniciativas voluntarias y las empresas deben prestar una atención renovada y urgente a la integridad de los planes de reducción de emisiones de las empresas hasta 2030. El discurso sobre el cero neto a más largo plazo no debe distraer la atención de la tarea inmediata".
¿Hasta dónde se puede llegar?
Ni uno solo de los 24 planes climáticos de las empresas recibió una puntuación de "alta integridad" en el CCRM de este año (véase la tabla). Y, como el año pasado, sólo una empresa, el gigante naviero danés Maersk, obtuvo una calificación de "integridad razonable". Apple, ArcelorMittal, Google, H&M Group, Holcim, Microsoft, Stellantis y Thyssenkrupp obtuvieron una puntuación de "integridad moderada", mientras que las 15 empresas restantes se situaron entre la baja y la muy baja.
Aunque los compromisos de emisiones netas cero dan la impresión superficial de que las emisiones caerán en picado hasta cero o casi cero, la realidad es muy distinta cuando se profundiza en el tema. A medio plazo, cuando el mundo necesita reducir casi a la mitad su huella de carbono si queremos mantener el aumento de la temperatura dentro de los relativamente seguros 1,5 ºC, las 22 empresas evaluadas que tienen un objetivo para 2030 se comprometen a lograr una reducción media de un mísero 15% en sus emisiones reales para 2030.
Las perspectivas son igualmente sombrías a largo plazo. Para 2050, está ampliamente aceptado que las empresas tendrán que haber reducido sus emisiones en un 90-95% en comparación con los niveles actuales. Sin embargo, el CCRM calcula que, en conjunto, los compromisos de cero emisiones netas de las 24 empresas suponen un mísero 36% a mediados de siglo.
Compensar la ambición
Resulta engañoso que la mitad de las empresas evaluadas -incluidas Apple, DHL, Google y Microsoft- ya hagan declaraciones de neutralidad de carbono, pero estas declaraciones sólo cubren el 3% de las emisiones de esas empresas. Y lo que es aún más preocupante, tres cuartas partes de las empresas tienen previsto compensar o neutralizar una parte significativa de sus emisiones utilizando créditos de carbono procedentes de la silvicultura y otros proyectos de uso del suelo.
"Estas soluciones no sólo almacenan el carbono temporalmente y son vulnerables a las reversiones, sino que necesitaríamos un segundo planeta Tierra para absorber las emisiones globales si todo el mundo decidiera compensar como estas empresas", afirma Sam Van den Plas, director de Políticas de CMW.
Otra cuestión problemática es la tendencia emergente hacia la denominada "insetting", que es un concepto vago similar a la compensación, aunque con pocos controles y equilibrios, que se produce dentro de la propia cadena de valor de la empresa.
A pesar de los mediocres resultados globales de las empresas mencionadas, algunas han demostrado su liderazgo en algunos ámbitos de la acción por el clima. H&M, Maersk y Stellantis, por ejemplo, han establecido compromisos potencialmente creíbles de descarbonización profunda a largo plazo. Google es pionera en una tecnología que controla y equipara el consumo y la producción de energía renovable las veinticuatro horas del día, mientras que DHL invierte en la electrificación de su flota y en la producción de combustible bajo en carbono.
Sin embargo, estos avances son demasiado escasos y distantes entre sí para lograr el tipo de cambio radical que se necesita urgentemente.
Se acabó el lavado verde
Este tipo de lavado de cara ecológico por parte de las empresas tiene enormes consecuencias para el clima y la sociedad.
"Las falsas afirmaciones de 'cero emisiones netas' y 'neutralidad de carbono' son increíblemente perjudiciales", explica Gilles Dufrasne, responsable de Mercados Globales de Carbono de CMW. "Dan la ilusión de que las empresas están tomando medidas serias para hacer frente a la crisis climática cuando, en realidad, están barriendo el problema debajo de la alfombra y dejando que otros y las generaciones futuras limpien su desastre".
Por este motivo, y basándose en las conclusiones del Monitor de Responsabilidad Climática Empresarial, Carbon Market Watch ha elaborado una serie de recomendaciones para gobiernos y empresas. La primera de ellas es que los gobiernos deben prohibir el uso de términos engañosos, como neutralidad de carbono y afirmaciones infundadas de cero emisiones netas, en las comunicaciones de las empresas. Por su parte, las empresas deben renunciar voluntariamente a hacer estas afirmaciones engañosas para evitar el creciente daño a su reputación y reducir el riesgo de litigios que acompaña a la publicidad engañosa.
"Al hacer afirmaciones tan extravagantes sobre la neutralidad del carbono, estas empresas no sólo están engañando a consumidores e inversores, sino que se están exponiendo a una creciente responsabilidad legal y de reputación. Los gobiernos deben actuar ya para impedir que las empresas hagan estas afirmaciones falsas y perjudiciales", afirma Lindsay Otis, experta en política de mercados mundiales de carbono de Carbon Market Watch.
Más acción
"Por su parte, las empresas deben dejar de afirmar que pueden anular inequívocamente su perjudicial impacto climático simplemente comprando créditos de carbono en lugar de reducir sus propias emisiones. Al comprar créditos de carbono, estas corporaciones deben comunicar con precisión a los consumidores a qué equivale realmente esta acción: una contribución, o una donación, a un proyecto de mitigación y no una neutralización de las emisiones", añadió
La Unión Europea tiene una oportunidad de oro para restringir esta forma de lavado verde corporativo y dar ejemplo a otros gobiernos. Las instituciones de la UE están actualizando la legislación comunitaria de protección de los consumidores para protegerlos mejor contra estas prácticas generalizadas de lavado verde (véase: Empowering Consumers for the Green Transition).
Sin embargo, las propuestas que están sobre la mesa no van lo suficientemente lejos como para poner fin a estas afirmaciones engañosas. Así pues, los responsables políticos de la UE deben establecer una prohibición total de todas las afirmaciones de neutralidad climática o medioambiental o variaciones relacionadas, como "carbono neutro", "CO2 neutro", "CO2 compensado", "climático positivo", "neto cero", etc.
Por ese motivo, Carbon Market Watch y otras ONG (entre ellas Client Earth, ECOS y la EEB) enviaron ayer una carta abierta a las instituciones de la UE instándolas a poner en marcha esa prohibición hermética para proteger a los consumidores y "permitirles comprender y asumir su papel en la transición ecológica de Europa".
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