La gigante energética australiana Origin Energy anunció este jueves el cierre a mediados de 2025 y siete años antes de lo previsto de su mayor planta de generación eléctrica de carbón, la más grande de este tipo en Australia.
"La economía de las centrales eléctricas de carbón se ve sometida a una presión cada vez mayor e insostenible por una generación más limpia y de menor coste, como la solar, la eólica y las baterías", dijo el director ejecutivo de Origin Energy, Frank Calabria, en un comunicado.
La planta eléctrica de Eraring, de 2.880 MW de potencia, situada a unos 94 kilómetros al norte de Sídney, es la única planta de Origin que opera con carbón, lo que supondrá el fin de este modelo para la empresa, que se plantea la adaptar la planta en el futuro para la generación y almacenaje de a otras energías renovables.
El cierre de Eraring, que debe ser aprobado por el ente regulador del mercado energético australiano, "es un importante paso hacia la decarbonización de nuestros negocios y para el logro de nuestro objetivo a largo plazo la emisión neutra para 2050", reza el texto de la presentación a los inversores de los resultados semestrales del año fiscal 2021-22.
Origin también indicó en ese documento, enviado a la bolsa de valores de Sídney (ASX), que la empresa tiene planes "muy avanzados" para colocar una planta de almacenamiento con baterías de 700 megavatios en concordancia con una hoja de ruta del gobierno del estado de Nueva Gales del Sur para la transición a las energías limpias.
"Hoy anuncio que vamos a construir la mayor batería del hemisferio sur. Una batería de transmisión de 700 megavatios que liberará capacidad en nuestro sistema de transmisión y que permitirá a los usuarios acceder a más de nuestro suministro actual", dijo en Sídney el ministro de Energía del estado de Nueva Gales del Sur, Matt Kean.
Eraring es la planta eléctrica más grande de las dieciséis que son impulsadas con carbón negro en Australia, que brindan el 60 por ciento de la generación eléctrica en el país y de las cuales siete de ellas serán clausuradas para el año 2035.
Australia, uno de los países más contaminantes del mundo "per cápita", logró "in extremis" sellar el objetivo de emisiones neutras de gases para el 2050 poco antes dela cumbre del clima COP26 en Glasgow de noviembre pasado, pero sin un compromiso vinculante y sin renunciar al carbón.
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