A partir de este lunes 1 de julio, la lista de vehículos más antiguos y más contaminantes prohibidos en la capital francesa durante el día se ampliará para incluir autos diésel, camiones y motocicletas con más de 13 años, una medida dirigida a decenas de miles de vehículos.
Los automovilistas que desobedezcan la prohibición, que fue puesta a prueba durante la ola de calor de la semana pasada, tendrán que pagar una multa de 68 €, que asciende a 135 € en el caso de camiones y autobuses.
Más allá de los límites de la ciudad, las autoridades también están reprimiendo a los contaminadores en los 47 distritos que conforman la región de París.
A partir del lunes, la prohibición existente en París de los vehículos diésel de más de 18 años y los vehículos de gasolina de más de 21 años se extenderá a un nuevo cinturón de "bajas emisiones" que rodea la ciudad.
La medida apunta a 30.000 vehículos en la gran región de París, que alberga a unos 5,5 millones de personas.
Sin embargo, a diferencia del centro de París, en los suburbios, donde la dependencia del automóvil es mayor, no sufrirán ningún castigo durante los dos primeros años de la prohibición.
El gobierno acordó un "período de aprendizaje" libre de castigos de dos años después de la resistencia de algunos alcaldes que temían que la prohibición pudiera reavivar la ira de las protestas de los ‘chalecos amarillos’, que estallaron el año pasado debido al aumento de los precios del combustible.
"No queremos imponer el medio ambiente a las personas por la fuerza, sino que sea aceptado como el resultado del diálogo", dijo a la prensa el jefe de la región de Grand Paris, que está formada por París y sus suburbios más cercanos, Patrick Ollier, la semana pasada.
La contaminación del aire causa 48.000 muertes adicionales al año en Francia, según el servicio de salud, lo que lo convierte en el segundo ‘asesino’ mayor del país después del tabaco y por delante del alcohol.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, socialista, ha estado en una cruzada para desterrar el velo de smog que periódicamente envuelve a la capital francesa al dar más espacio a los ciclistas, peatones y al transporte público.
El objetivo de la ciudad es eliminar gradualmente el uso de automóviles diésel para cuando se celebren los Juegos Olímpicos de Verano en 2024. El gobierno centrista del presidente Emmanuel Macron también ha hecho de la protección del medio ambiente una prioridad.
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