Uno de los mayores proyectos nucleares del planeta no verá la luz. Las cuentas en la nueva nuclear no salen, o eso es lo que parece cuando el gigante tecnológico Toshiba ha decidido no seguir apostando por esta energía en Reino Unido.
Toshiba ha decidido enterrar uno de sus mayores proyectos, se trata de la central nuclear de Moorside, también conocida como Cumbria, cuya potencia instalada iba a ser de 3.700 MW y con la que se pretendía cubrir el 7% de la demanda eléctrica de Reino Unido.
Además, Toshiba ha anunciado que cerrará el próximo mes de enero la filial Nuclear Generation (NuGen), encargada de la central de Cumbria. El fabricante japonés puso a la venta a la compañía. La dejó incluso casi en los huesos para venderla al precio que fuera. Pero nadie se ha interesado en la filial.
La surcoreana KEPCO lo intentó pero tras ver los números y hacer sus cábalas decidió no emprender la aventura de construir esa central nuclear en Reino Unido. Toshiba se ha visto en la encrucijada de tener que cerrar la compañía y abandonar el proyecto.
Las cuentas no salen y antes de que el agujero fuera a más Toshiba ha decidido parar. Según un comunicado de la empresa, el cierre de NuGen y el abandono del proyecto de Cumbria ha supuesto unas pérdidas de casi 132 millones de dólares.
Y es que el proyecto nuclear de Moorside nació ya con bastantes problemas. Toshiba pretendía construir tres reactores de Westinghouse AP1000 pero en enero pasado Toshiba se deshizo del fabricante Westinghouse tras declararse en bancarrota.
Esta noticia ha movido los cimientos del proyecto nuclear en Reino Unido. Además de Cumbria existen otros proyectos en las islas para instalar hasta 16 GW de nueva energía nuclear. Esta noticia es un auténtico varapalo porque otros proyectos podrían seguir el mismo camino.
"Esto es una gran decepción y un aplastante golpe para las esperanzas de una reactivación de la industria de la energía nuclear del Reino Unido", dijo Tim Yeo, presidente del grupo de presión pro-nuclear New Nuclear Watch Institute y ex diputado tory al diario The Guardian.
El director ejecutivo de Greenpeace Reino Unido, John Sauven, dijo: "El final del plan de Moorside representa un fracaso de la apuesta nuclear del gobierno".
La nueva nuclear tiene un problema y son sus grandes costes frente al boom mundial de las renovables.
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