Salvando las evidentes distancias, lo que está ocurriendo entre una buena parte de la sociedad estadounidense contra las petroleras recuerda a la lucha que se inició en los años sesenta contra las grandes multinacionales del tabaco. Y como entonces, al principio, la Justicia les daba la razón a, pero luego se volvieron las tornas. Ya se verá en el transcurso de los años, si podría ocurrir lo mismo.
En enero pasado, la ciudad de Nueva York dio un paso de gigante en favor de la lucha contra el cambio climático al interponer una demanda contra cinco grandes petroleras a las que acusaba de contribuir al cambio climático. No le ha salido bien la jugada.
Un juez federal ha desestimado esta demanda.
Nueva York es una de varias ciudades que han entablado demandas contra las grandes compañías petroleras, a las que los municipios culpan por los impactos adversos relacionados con el calentamiento global. Sin embargo, el resultado ha sido el mismo. De hecho, la decisión del juez se ha basado en las sentencias de dos casos en California el mes pasado, que también se desestimaron. Todos ellos han argumentando que, en su opinión jurídica, los problemas asociados con el cambio climático deberían ser abordados por el Congreso y por el Gobierno.
Nueva York acusaba a cinco de las mayores compañías petroleras del mundo, BP, Chevron, ConocoPhillips, Exxon Mobil y Royal Dutch Shell, de causar parte de los efectos del calentamiento global y que, por tanto, deberían compensar a la ciudad por el coste de las medidas de mitigación.
La ciudad había argumentado que las cinco compañías eran responsables de más del 11% de todas las emisiones industriales de dióxido de carbono y metano desde la Revolución Industrial. Los abogados de Nueva York también alegaron que las compañías minimizaron los riesgos de quemar combustibles fósiles mientras han reconocido en privado la amenaza del calentamiento global durante décadas.
Pero el juez del Tribunal de Distrito de los EEUU del Sur de Nueva York, John F. Keenan, aceptó la solicitud de los acusados de desestimar la denuncia. En su decisión, Keenan estuvo de acuerdo con el argumento de los abogados de las compañías de que el caso debería ser rechazado porque las demandas de la ciudad surgen bajo la ley común federal, que desplaza las demandas de la ley estatal de la ciudad.
El juez también dictaminó que la Ley de Aire Limpio desplazaba las reclamaciones de la ciudad. Argumentó que los tribunales han determinado previamente que las emisiones interestatales de la quema de combustibles fósiles es una "preocupación federal" que ha sido "delegada al Poder Ejecutivo ya que requieren una solución nacional uniforme".
"El cambio climático es un hecho de la vida, y eso no lo impugnan los demandados, pero los graves problemas causados no son para que el poder judicial mejore. El calentamiento global y las soluciones al mismo deben ser abordados por las otras dos ramas del gobierno", escribió Keenan.
El mes pasado, un juez federal desestimó los casos de cambio climático contra las compañías petroleras presentadas por Oakland y San Francisco por motivos similares.
Exxon Mobil aplaudió las tesis del juez tras conocerse la decisión. "Hemos dicho todo el tiempo que abordar los riesgos del cambio climático es un desafío global serio al que se deben enfrentar los responsables políticos y no los tribunales", dijo en un comunicado Scott Silvestri, gerente de relaciones con los medios de Exxon.
Por su parte, ConocoPhillips también se mostró satisfecho. "Estamos complacidos de que un segundo juez federal haya decidido que el cambio climático es un problema global que requiere políticas globales y soluciones dirigidas a través de los poderes legislativo y ejecutivo, no de los tribunales".
Por último, Keenan concluyó que las reclamaciones de la ciudad suscitan preocupación sobre la separación de poderes y la política exterior porque Nueva York está demandando a dos compañías extranjeras, BP y Shell, y tratando de responsabilizar a las cinco empresas por las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo.
"Por lo tanto, en la medida en que la Ciudad busque responsabilizar a los demandados por las emisiones de gases de efecto invernadero, las reclamaciones de la Ciudad están prohibidas por la presunción contra la extraterritorialidad y la necesidad de precaución judicial frente a 'graves consecuencias de política exterior'" concluía la sentencia, que citaba a su vez un fallo del Tribunal de Distrito 2018 en Virginia.
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