Dos empresas, PetroLow Cost y Fast Fuel, se encuentran en la avanzadilla de un nuevo modelo de negocio consistente en una red de franquicias de gasolineras desatendidas, en las que se ofrece como principal reclamo un precio reducido del carburante.
Estas gasolineras, también conocidas como 'fantasma', han generado división desde su implantación. Si la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y varias comunidades autónomas la apoyan, los sindicatos y los operadores tradicionales advierten del daño que puede provocar al empleo y de otros aspectos relacionados con la accesibilidad y la seguridad.
PetroLow Cost se precia de ser la primera gasolinera autoservicio en un entorno urbano, instalada en 2011, y ha desarrollado un nuevo modelo de negocio en régimen de franquicia en las que ofrece su experiencia y su infraestructura.
Por su parte, Fast Fuel anuncia que a cierre de año dispondrá de siete estaciones de servicio operativas y que ha iniciado un plan de expansión nacional a través del sistema de franquicias que presentará de manera oficial en la próxima edición de Expofranquicia.
Esta empresa ya cuenta con una unidad propia en funcionamiento desde hace dos años y seis más en su última fase de construcción. Su modelo de franquicia, indica, permite recuperar la inversión, de aproximadamente 189.000 euros, en dos años.
Como ventaja de este sistema, la empresa indica que sus establecimientos ofrecen llenar el depósito con combustible a precios más económicos, entre 10 y 12 céntimos por debajo de su precio medio, gracias a su sistema de gestión, repostaje y telemática, que permite reducir los costes para bajar el precio de la gasolina y de manera directa incrementar las ventas y el índice de rentabilidad.
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