La central nuclear de Zaporiyia, ocupada por Rusia, ha vuelto a causar preocupación después de que la agencia atómica de la ONU hallara minas en su perímetro y Kiev alertara de riesgos para la seguridad nuclear y radiológica asociados con el cambio del estado de uno de los seis reactores.
Las minas fueron halladas por los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) desplegados de forma permanente en la planta en una zona de amortiguamiento entre el perímetro interno y eterno de la central que las tropas rusas tomaron el 4 de marzo de 2022.
Rusia afirma que se trata de una decisión militar y que las minas se encuentran en un área restringida al personal de la planta, además de estar "a espaldas" de la central.
El OIEA considera que "cualquier detonación de estas minas no debería afectar la seguridad nuclear ni los sistemas de seguridad de la central", pero subraya que en todo caso su presencia "es incoherente con los estándares de seguridad".
La seguridad en Zaporiyia
Los expertos de la agencia de la ONU con sede en Viena sin embargo aún no han podido acceder a los tejados y las salas de turbinas de dos reactores en los que Kiev ha denunciado la presencia de objetos que podrían ser explosivos.
El asesor de Rosenergoatom, la operadora rusa de las plantas nucleares, Renat Karchaa, negó que Rusia haya colocado artefactos explosivos en los tejados de las unidades 3 y 4, y aseguró que colaborará plenamente con el OIEA si bien tomaría algún tiempo aprobar sus solicitudes de acceso, también porque Moscú "es responsable de la seguridad física de los inspectores".
La presencia de minas en la mayor central nuclear de Europa, constantemente objeto de ataques de los que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente, se conoce el mismo día en que Rusia informó a la organización dirigida por Rafael Grossi de la puesta en estado de parada en caliente del reactor número 4.
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