¿Por qué los fabricantes están montando el estándar de carga de Tesla?

Llevamos varios días informándote de que son unos cuantos los fabricantes de coches que han decidido cambiar el puerto de carga de sus modelos para adoptar el estándar NCAS que incorporan todos los Tesla. Un cambio que de momento se está produciendo en Estados Unidos donde la red de supercargadores del fabricante californiano roza prácticamente los 20.000 puntos. Ford fue uno de los primeros en anunciar dicho cambio a lo que le han seguido General Motors, Rivian y más recientemente Polestar y Volvo mientras que grupos como Stellantis, Volkswagen o Hyundai-KIA todavía se muestran dubitativos pero podrían acabar por ‘caer en la tentación’.

Llegados a este punto, seguramente muchos os preguntaréis por qué ha ocurrido este movimiento por parte de fabricantes tan contrastados y cómo es posible que una marca tan joven como Tesla siga poniendo patas arriba a un sector centenario como el de la automoción. Pues la respuesta es sencilla y nos la da, como casi siempre en estos casos, el usuario. Así se ha recogido en el último estudio realizado por JD Power donde al preguntar por el índice de satisfacción de los supercargadores, los de Tesla obtuvieron una puntuación de 734 sobre 1.000 frente a los 558 del resto de proveedores.

Más datos, en este caso facilitados por Autonews donde solo el 3,9% han confirmado no haber podido cargar cuando llegaron a una estación propiedad de Elon Musk, muy lejos del 21,6% de usuarios que confirma que tuvieron problemas con algún punto de carga de la competencia, siendo además menor en número a los supercargadores de la californiana.

Control casi total

Esta es la clave. No importa cuánto de bueno sea el coche eléctrico que has desarrollado si en la práctica el usuario no puede disponer de una red acorde. Lógicamente no es un problema del fabricante en sí sino de la administración así como de la eternidad y lentitud burocrática que es necesaria para instalar un punto de carga de potencia similar a los de Tesla. Pero más allá de la preocupación de los usuarios, la empresa de Musk quizá se muestra algo reticente a que todos adopten su estándar pues le será más difícil mantener la reputación.

Una pequeña china en una decisión que daría casi plenos poderes a Tesla para controlar todas las estaciones de carga. Y es que según Elizabeth Krear, vicepresidenta del ala de vehículos eléctricos de JD Power “esto le permitiría a Tesla controlar y probar la compatibilidad entre el hardware y el software del vehículo así como entre el hardware y el software del supercargador”, a diferencia de otros proveedores de cargadores que tienen que lidiar con un software que está en constante evolución. Según Krear la mejor solución “a corto plazo sería abrir la red de carga rápida más grande del país a propietarios que no sean de Tesla para así ayudar a abordar uno de los mayores desafíos de la industria, que es hacer que haya más cargadores rápidos públicos disponibles”.