México celebra el próximo 1 de julio unas elecciones presidenciales trascendentales. A menos de 100 días de la votación, el promedio de los sondeos coloca primero a Andrés Manuel López Obrador, lider del Movimiento Regeneración Nacional, que ahora mismo rondaría el 37% de los votos. Y el candidato favorito en las encuestas quiere poner mil 'electrolineras solares’ e impulsar una flota de 100.000 coches eléctricos.
Pero estos dos datos son la punta del iceberg del programa energético de López Obrador. Este, que está recogido en la plataforma Proyecto 18, propone que la generación renovable en el país provenga no sólo de los ambiciosos contratos del mercado eléctrico, sino de proyectos comunitarios. Habla de una transición energética hacia las energías renovables que permita generar un 24% de energía adicional en proyectos en los que el gobierno participaría como promotor, y en algunos casos aportando capital semilla.
Una de las piedras angulares del proyecto sería el programa para crear una industria estratégica de energías renovables e industrias verdes, que hace referencia al desarrollo bajo la dirección del Estado de una industria eléctrica nacional de partes, insumos y dispositivos utilizados por plantas fotovoltaicas y eólicas generadoras de energía limpia, así como de vehículos eléctricos.
El objetivo, según lo marca el plan, es poder sustituir las grandes cantidades de gas natural que se importan de Estados Unidos, por fuentes nacionales, apoyadas por las centrales hidroeléctricas que hoy no funcionan al total de su capacidad en manos aún de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La estrategia se financiaría en gran parte con el dinero que actualmente se invierte en la importación de ese gas natural, principal insumo para la generación eléctrica, por lo tanto, no queda claro si la transición sería a corto, medio o largo plazo.
La novedad del proyecto radica en esa conexión entre el desarrollo de las energías renovables y las comunidades a nivel social, pues hasta ahora la mayoría de los esfuerzos que se han destinado en este sentido tienen una visión meramente asistencialista para mitigar ese 3% de la población nacional que sigue sin tener acceso a electricidad, regalando paneles y estufas solares.
Otras medidas contempladas bajo el paraguas de las energías renovables incluyen el establecimiento de una red nacional de estaciones solares para incentivar la adquisición de vehículos eléctricos, llevar energías renovables a 45.000 comunidades marginadas, impulsar la sostenibilidad energética de las dependencias federales y establecer estímulos fiscales y crédito a empresas que instalen energías renovables.
En lo que se refiere al sector petrolero, la recuperación de la seguridad y de la sostenibilidad energética serán el eje central de la nueva política petrolera. Invertir en PEMEX, construyendo dos refinerías en el sexenio e impulsando refinerías de biodiésel, y acelerando al mismo tiempo la transición hacia las energías renovables.
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