Renfe comenzó este lunes en Asturias a realizar pruebas con el primer tren que circulará en todo el mundo propulsado con gas natural licuado (GNL) con el fin de poder verificar la viabilidad del vehículo para que preste servicio comercial en la red de Cercanías de vía estrecha de la región.
En el proyecto, además de la compañía ferroviaria pública, participan Gas Natural Fenosa, Enagás y Bureau Veritas. Su objetivo es comprobar la viabilidad del tren y sus ventajas ambientales y económicas con el fin de sustituir tráficos que actualmente se realizan con tracción diésel en España.
El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, y el titular de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, han asistido a la primera circulación en pruebas del tren, que se ha realizado entre las localidades asturianas de Mieres y Figaredo.
La promoción de este tipo de vehículos ferroviarios se enmarca en el plan de descarbonización y eficiencia energética de Renfe y Adif, así como en la estrategia de impulso del Vehículo con Energías Alternativas (VEA) en España 2014-2020. También está en línea con los objetivos de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética que prepara el Gobierno.
Este futuro texto legal marcará el camino para alcanzar los compromisos internacionales adquiridos en materia de cambio climático y energía de forma eficiente.
El ferrocarril consume prácticamente la mitad de toda la electricidad utilizada en el sector del transporte en España (el 45,8% del total), según datos del Ministerio de Energía.
Así, además de continuar con la electrificación del tren también se estima conveniente apostar por alternativas, entre las que el gas natural presenta las "mejores condiciones" para protagonizar una transición "segura y eficiente en el corto plazo, por motivos de disponibilidad, precio y estabilidad".
UNA LOCOMOTORA MODIFICADA PARA GNL.
Las pruebas se realizarán en un tren autopropulsado del parque diésel de la extinta Feve en un tramo de unos veinte kilómetros de longitud entre la estación de Trubia y la de Baiña con extensión a Figaredo, en Asturias.
Para ello, se ha sustituido el motor diésel de una de las dos unidades automotoras del tren por otro que consume gas natural para su propulsión y se han instalado los depósitos en los que se almacenará el GNL junto con los elementos auxiliares necesarios.
Las circulaciones permitirán contrastar los resultados obtenidos, tanto para tecnología diésel como para la de gas, ya que se mantiene una cabeza tractora con cada tipo de combustible en el mismo tren.
De estas pruebas se extraerán conclusiones sobre requisitos técnicos de espacio, peso, refrigeración, y autonomía para la tracción de gas natural, además de otras consideraciones y variables comparativas en emisiones y economía operativa, según detallaron los ministerios de Fomento y de Energía.
Entre las potenciales ventajas del gas natural como combustible ferroviario figuran la reducción de la contaminación medioambiental mediante la disminución de las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de azufre y CO2, así como la contaminación acústica.
Desde el punto de vista económico, el minsiterio de Fomento sostiene que puede contribuir a reducir costes operativos por un mejor escenario de precios general respecto a los combustibles derivados del petróleo, reducir la dependencia energética de esta fuente y ofrecerse como alternativa a la inversión en electrificación de tramos no electrificados.
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