La mayoría de reparaciones está ligada a la batería aunque de momento el escaso número de eléctricos en circulación provocan que los ingresos de su postventa sean bajísimos.
Lo hemos comentado alguna otra vez: los coches eléctricos pueden ser caros de inicio, sí, pero una vez se ponen en funcionamiento todo suelen ser ventajas para sus conductores. Desde un gasto por kilómetro especialmente reducido si se tiene contratada una tarifa de la luz segmentada por horas, que en el caso de algunas tarifas nocturnas puede llegar a permitirnos cubrir los 100 km por menos de 1 euro, hasta incluso la recarga en determinadas estaciones rápidas, ideales para realizar largos viajes.
A todo ello hay que sumar las bonificaciones en el impuesto de matriculación, de circulación, en los peajes y, sobre todo, en los aparcamientos regulados, una serie de ventajas que están adheridas en el caso de nuestro país a la etiqueta CERO de la DGT. Pero hoy vamos a centrarnos, de nuevo, en las reparaciones porque gracias al último estudio realizado por la compañía tecnológica especializada en el ciclo de vida de los automóviles, Solera se ha llegado a una conclusión muy concreta.
De inicio, el motor eléctrico requiere menos mantenimiento que un vehículo térmico ya que no se necesita realizar las operaciones de vaciado, sustituir filtros de aceite, revisar gases de escape... En cambio sí hay puntos de control específicos relacionados con la gestión eléctrica del vehículo y con la batería, como son el estado de salud de esta última, el estado del puerto de carga, la tensión del pack de celdas o el SOH (State Of Health), un elemento esencial lo que representa una parte importante del valor del vehículo. Esto no solo se traduce en menos visitas al taller sino también en que las propias revisiones serán más económicas de pasar.
¿Pero cuánto? Pues según Solera en general, el coste de mantenimiento de un eléctrico es un 29% más económico que el de un gasolina, un 21% más barato que un diésel y un 25% menor que un híbrido. Y, desde el punto de vista del taller, sólo la partida de los neumáticos les es más rentable con un eléctrico que con uno de combustión. Yendo a la cifra, la compañía afirma que de los 513 euros que cuesta de media mantener el resto de sistemas de propulsión, en el caso de un eléctrico estaríamos hablando de unos 368 euros.
Hacen falta más
La empresa también destaca que, aunque este análisis pinta una imagen positiva para los usuarios y consumidores, contrasta con la lenta y escasa evolución de la electrificación del parque automovilístico en España. De hecho, resalta que para 2030, a este ritmo, el país no llegará al millón de coches electrificados (híbridos y eléctricos), de los cuales medio millón se espera sean 100% eléctricos.
Para acabar de ser negativos, en España a finales del año pasado sólo había 170.581 vehículos eléctricos en circulación, lo que supone una aportación a los ingresos de la postventa por mecánica de apenas 62,7 millones de euros. Uno de los principales motivos de esta escasa demanda comercial de eléctricos se debe sobre todo a la falta de accesibilidad de este tipo de coches por parte de las clases medias. Y es que solo el 3,2% de los hogares tiene un coche electrificado y de todos ellos, el 40% son hogares con ingresos por encima de los 3.000 euros, mensuales, según datos que recoge del INE. De hecho, encontramos el 25,2% de los coches ecológicos en hogares con entre 3.000 y 5.000 euros de ingreso mensual, y un 12,1% están en hogares con más de 5.000 euros de ingreso al mes. Si seguimos ‘buceando’, un 14,9% están en hogares con ingresos de 2.500 a 3.000 euros, un 14,5% en los que ingresan de 2.000 a 3.000 euros al mes y un 14,3% en los que tienen ingresos de 1.500 a 2.000 euros mensuales.
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