La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha señalado que la reducción de las emisiones está estancada y siguen creciendo y queda mucho por hacer para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, porque los impactos del cambio climático "son reales".
Así lo ha señalado la ministra en su cuenta de Twitter, mientras desde la presidencia española de la UE se anunciaba que las conversaciones en la Cúpula del Milenio, donde se encuentran los ministros de Medioambiente y Energía, se prolonga este martes, por lo que no se realizará la foto de familia prevista.
Ribera quien ha comparecido esta mañana junto al vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, en el Museo Palacio Herreriano, ha añadido que es "muy probable" que la primera valoración del Acuerdo de París "es que todavía estamos lejos de cumplir y responder con los compromisos del documento y que, por tanto, "debemos asegurar, pensar, proponer cómo seguir adelante garantizando asegurando su viabilidad".
Los objetivos en las emisiones
Según la ministra, este año es particularmente importante y sensible, en el que corresponde hacer un balance de dónde estamos en relación con los objetivos que nos marcamos en París en 2015.
Las expectativas son muy altas por parte de algunas personas, de distintos países que experimentan las consecuencias del cambio climático en su día a día.
En opinión de Ribera, Europa ha hecho un esfuerzo desde hace mucho al intentar descarbonizar su economía y construir alrededor de esta agenda climática y verde, una agenda de inclusión social, de modernización y de planteamiento de cooperación con países terceros, buscando que el progreso, el bienestar puede hacerse de otro modo, sobre un enfoque mucho más colaborativo.
Las expectativas de terceros países no solamente en la descarbonización, en la solidaridad, en la preparación para los efectos adversos al cambio climático es muy alto, y el esfuerzo ha de ser global, transversal y de actores públicos y privados.
Ribera ha insistido esta mañana en la necesidad de una transición justa para una realidad diferente, que necesita estar acompañada de políticas sociales, educativas, formativas, reeducativas, de incentivos regionales ahí donde se produce ese proceso tan importante de transformación.
Ha asegurado que "lo peor es negar que la realidad está cambiando, por eso es enormemente injusto y peligroso negar que la realidad cambia, oponerse a la realidad porque no gusta".
Y ha incidido en que "es obvio que a nadie le gusta que muchas de las cosas que afectan al clima y a los parámetros naturales nos inquietan, nos preocupan, pero la peor reacción es negar que está cambiando, y no responder a tiempo, que es tremendamente injusto".
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