La vicepresidenta española y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, reconoció hoy que aún existen "diferencias sustantivas" entre los Veintisiete por la reforma del mercado eléctrico, pero dijo ser "optimista" de cara a encontrar próximamente un acuerdo.
"Hay diferencias sustantivas, no son sólo de redacción", en particular en torno a los puntos relativos a la energía nuclear, pero "soy optimista con respecto a la posibilidad de encontrar un terreno común entre todos", dijo en rueda de prensa Ribera tras un consejo de ministros de Energía de los países de la UE celebrado en Luxemburgo.
La negociación encalló en varios puntos, pero principalmente en torno a cómo funcionarán los llamados contratos por diferencia (CfD) en los que el Estado acuerda con el generador un precio fijo de compraventa de electricidad en un plazo determinado y luego se devuelve la diferencia, en función de si el precio real ha sido más alto o más bajo que el estipulado.
La nuclear divide Europa
Las divisiones más fuertes radicaban en si esos contratos se aplican a las centrales nucleares ya existentes que extiendan su vida útil o amplíen su capacidad como pedía Francia, que ha ido arañando concesiones a la energía atómica en cada pieza legislativa relacionada con la descarbonización.
Pero la negativa del bloque antinuclear liderado por Alemania, en el que se ubican también España o Luxemburgo, no cedieron a las pretensiones de París.
"Hay Estados miembros que consideran que la idea (...) de impulso a las energías renovables debe ser compatible con el crecimiento de la energía nuclear y otros no", dijo Ribera, quien consideró que no hubiera bastado con una mayoría "aritmética" para sacar adelante un texto de tanto calado, sino que es necesario recabar un amplio "consenso".
"Ya nos ocurrió con el tope al gas", dijo en referencia a las duras negociaciones del pasado año para limitar el precio de las compras mayoristas de ese hidrocarburo, donde también se buscó una mayoría más amplia que la estrictamente necesaria.
Próxima reunión
La presidencia rotatoria del Consejo de la UE, en manos de Suecia, intentará ahora que las reforma se pueda cerrar en reuniones de embajadores en Bruselas, pero si no fuera el caso España está dispuesta a convocar un consejo extraordinario de Energía cuando asuma la presidencia a partir del próximo 1 de julio.
"Ha sido una reunión interesante y muy útil" porque se ha visto "dónde están los problemas y cuáles son las cuestiones que tenemos que ser capaces de resolver para poder aprobar esta reforma", resumió Ribera, quien recordó que esta cita ministerial ha sido la primera ocasión que han tenido los ministros para "discutir a fondo" la propuesta presentada en marzo por la Comisión Europea.
Durante la crisis de precios, agregó Ribera, los Veintisiete mostraron "unidad, solidaridad y flexibilidad entre todos y aquí también seremos capaces. No hemos estado lejos de conseguirlo".
En todo caso, una vez que las capitales alcancen un enfoque común, tendrán que negociar la versión final de la reforma con el Parlamento Europeo, que tiene previsto fijar su mandato negociador en septiembre.
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