El Gobierno de Rumanía ha aprobado una ordenanza de emergencia que amplia sus poderes para poder hacerse con el control de los activos en el país de la petrolera rusa Lukoil, sometida a sanciones por parte de EEUU para evitar que los ingresos por hidrocarburos financien la invasión de Ucrania.
Lukoil posee en Rumanía la refinería Petrotel Ploiesti, actualmente inactiva pero que solía satisfacer el 20% de las necesidades de combustible del país, así como una red de más de 300 gasolineras, entre otros activos.
La ordenanza aprobada permite al Ejecutivo "utilizar instrumentos de supervisión especial y aplicar medidas correctivas en el ámbito de las sanciones internacionales".
La norma precisa que en los casos en los que esas sanciones puedan afectar a la economía de Rumanía o a determinados sectores clave, el Ministerio competente puede proponer la designación de un supervisor que se haga cargo de la gestión de los activos de la empresa sancionada.
Rumanía y Lukoil
La propuesta busca tanto "frenar las fuentes de financiación de Rusia en la guerra" como "disminuir el impacto a corto plazo sobre la economía nacional" de esas sanciones, según el texto de la ordenanza.







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